Indicador Político
¡SI REELIGEN A ZALDÍVAR REELEGIRÁN A OBRADOR!
López Obrador prometió que “primero serían los pobres”. Hasta hoy no ha cumplido esa potente promesa de campaña.
Prometió que sacaría de las calles a militares y marinos. Hoy los cuarteles están más vacíos que nunca y tampoco cumplió esa promesa.
Prometió bajar los precios de las gasolinas, el diésel, la luz y, en general, de los combustibles. Hoy toda la energía es más cara en México.
Prometió acabar con la violencia y el crimen. Hoy el número de muertos a causa de la violencia es el mayor en la historia.
Prometió acabar con las masacres y hoy, a casi 30 meses de gobierno, el número de masacres es el mayor de la historia.
López Obrador prometió que su gobierno estaba preparado para hacer frente a la pandemia y, al día de hoy, el número de muertos a causa de la Covid-19 es de 500 mil; la mayor tragedia humanitaria en la historia.
Obrador prometió, prometió y prometió y no ha cumplido nada.
Por eso la pregunta.
¿Por qué los mexicanos debían creer (debíamos creer) la promesa de que López Obrador no buscará reelegirse, si ha engañado a los ciudadanos en todas sus promesas, sean ofertas de campaña o sean augurios presidenciales?
Lo cierto es que “si tiene pico de ganso, plumas de ganso, es palmípedo y si grazna como ganso”, los mexicanos tenemos derecho a suponer que el dictador López Obrador busca la reelección.
Y es que el gobernante que promete una, dos… y hasta cuatro veces que no buscará reelegirse, es el mismo dictador que hará todo por la reelección.
Y si no fuera el caso, para qué repetir una, dos, tres y hasta cuatro veces que no busca la reelección.
Peor aún, si lo dudan, hoy asistimos al “ensayo de un crimen” de la reelección presidencial en México o, si se quiere, estamos ante el clásico “escucha Juan, para que entiendas Pedro”.
Sí, López Obrador y sus fanáticos pueden decir misa, podrán negar de manera reiterada que el dictador busca la reelección, pero lo cierto es que todas sus acciones, decisiones y hasta sus movimientos corporales apuntas a que su premisa es la reelección.
Y la señal más reciente es la que manda su gobierno al impulsar la reelección del ministro presidente de la Corte, el lacayo Arturo Zaldívar.
Como saben, Obrador realizó toda una operación política para conseguir la reelección del ministro presidente de la Corte. Sin embargo, la estrategia fue de tal suciedad que no se la tragó ni la claque más lacayuna de su partido.
Pero lo que muchos se niegan a ver –a pesar de las evidencias contundentes–, es que las señales de la reelección vienen de lejos, desde los tiempos de campaña.
¿Lo dudan?
En el Itinerario Político del 9 de marzo de 2018, titulado: “¿No a la reelección?” –hace poco más de tres años–, aquí dijimos que la promesa del candidato presidencial de Morena de que no buscaría la reelección “no va para sus seguidores sino para sus detractores, quienes lo ven como un potencial dictador y copia de los sátrapas que, con idéntico discurso, llegaron para quedarse; sea en Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y, sobre todo, en Venezuela.
“También está claro que, por mandato constitucional, está prohibida la reelección y que, por su valor histórico, ese postulado es uno de los que parecen intocables. Sin embargo, para un potencial dictador como AMLO, torcer la constitución tampoco sería ningún problema, como no lo sería acabar con el fuero constitucional”. (fin de la cita)
En efecto, hace poco más de tres años ya hablabamos de la dictadura de AMLO y de sus afanes reeleccionistas.
Volvimos al tema el 6 de febrero de 2019, ya con AMLO como presidente y advdrtimos que el nuevo mandatario “seguía jugueteando” con la tentación de la reelección.
Así lo dijimos aquel 6 de febrero: “el pasado fin de semana, de gira por Veracruz, Obrador soltó la especie engañosa de que si bien no busca la reelección si piensa en una suerte de extensión de mandato…
“Y frente a la juguetona confirmación autoritaria de AMLO, muchos suponen –de manera ingenua y hasta torpe–, que es temprano para hablar de reelección, sin entender que es precisamente el mejor momento y el fin último del aprendiz de dictador llamado López Obrador. ¿Y por qué es el mejor momento?
“Porque si hoy AMLO empieza a hablar de una potencial reelección o de la eventual ampliación del mandato, llegado el momento no serían muchos los sorprendidos, sino que, al contrario, podrían ser muchos los convencidos.
“Por eso, desde hoy Obrador juega con la idea de que “su obra” no estará terminada en el plazo sexenal y que, por ello –“y para conseguir que madure el árbol sembrado en 2018” –, se requerirá de por lo menos una década de gobierno.
“Y, en efecto, Obrador puede prometer todas las veces que quiera que no busca la reelección, pero por décadas ha confirmado que la suya es una genética autoritaria y mentirosa, propia de los dictadores. Al Tiempo” (fin de la cita)
Y regresamos al tema el 13 de septiembre de 2019, en el Itinerario Político titulado: “Confirma AMLO que busca la reelección”.
Así lo explicamos: “El presidente mexicano no sólo buscará repetir en el cargo a través de un supuesto capricho, sino que tiene en mente dejar la posible reelección en manos de los ciudadanos.
“¿Qué quiere decir lo anterior? Vamos por partes.
“Si hacemos memoria recordaremos que, ante la insistencia de muchos mexicanos que ven en Obrador una inocultable tentación reeleccionsita, el presidente se aventó la puntada de firmar una carta-comprometerse para no buscar la reelección.
“Eso ocurrió, como saben, la mañana del 19 de marzo, cuando el presidente exhibió una carta en la que se compromete a no reelegirse en la presidencial de 2024.
“¿Pero qué creen?
·Que periodistas traviesos quisieron saber cuál habia sido el destino de esa carta –firmada por el presidente- y para ello acudieron al Instituto de Transparencia. El resultad fue el esperado; nadie sabía dónde había parado tal carta con la firma presidencial. En pocas palabras, lo que ocurrió es que, literalmente, el documento fue tirado a la basura.
“Frente al ridículo de la carta compromiso que terminó extraviada, el presidente se vio obligado a una nueva firma, ahora ante notario público.
“Por eso, en la mañanera del jueves 25 de julio de 2019 el presidente encabezó un grosero montaje que concluyó con a la farsa de la firma en la que supuestamente se compromete, por segunda ocasión, a no reelegirse.
¿Y por qué resultó una farsa?
“Porque si López Obrador y “los hombres del presidente” entienden un poco la responsabilidad constituconal de todo mandatario y las obligaciones que le impone la Carta Magna, sabrían que es inútil la firma de un compromiso, ante federatario público, de una obligación constitucional como la no reelección.
“Pero el asunto va más lejos si revisamos y analizamos lo que dijo López Obrador la mañana de aquel 25 de julio de 2019, antes de firmar el compromiso de no reelección, ante Notario Público.
“Obrador repitió que no es un vulgar ambicioso, pero, sin medir el tamaño de su declaración, soltó ante el asombro de todos, que le corresponderá “a la gente” decidir cuándo debe dejar el cargo. Dijo textual: “me voy cuando la gente quiera que me vaya”.
“Sí, la firma de la carta-compromiso resultó un grosero engaño.
“¿Por qué?
“Porque el presidente no puede salir con el cuento de que dejará el cargo cuando la gente lo pida. No, al final de su mandato de seis años, Obrador se va porquer así lo dice la Constitución. Y punto”. (Fin de la cita)
Queda claro que pronto veremos el punto final a los afanes reeleccionistas del locuaz Obrador, a pesar de que hoy –20 de abril del 2021–, dijo de nuevo que no buscará la reelección, una vez que se convirtió en el mayor promotor de la reelección de su lacayo Arturo Saldívar.
Si, López puede decir misa, pero cada vez está más cerca su reelección.
Al tiempo.