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CIUDAD DE MÉXICO., 8 de abril de 2020.- Ante la difusión que grupos criminales realizan en redes sociales de supuestas actividades altruistas patrocinadas por ellos, las instituciones federales y estatales encargadas de combatirlos deberían implementar estrategias de comunicación dirigidas a la sociedad para alertarlas de lo “negativo y perverso” que resultan estas prácticas para el futuro de una comunidad, consideró el especialista en terrorismo y seguridad nacional, Gerardo Rodríguez Sánchez Lara.
Esta semana en redes sociales fueron difundidas imágenes atribuidas a células del Cártel del Golfo, las cuales daban testimonio de la entrega de despensas en colonias de Ciudad Victoria, Tamaulipas. El reparto se realizó mientras México atraviesa una emergencia de salud que debido a la pandemia de coronavirus.
La caja que contenía los víveres, estaba rotulada con el nombre del grupo delictivo y el sobrenombre del presunto benefactor: “Vaquero 46.
En entrevista, el también coordinador de la maestría en gobernanza global en la UDLAP Jenkins Graduate School, advirtió que este tipo de grupos delincuenciales consideran que permanecen en una constante guerra, y parte de las estrategias en este estado es recurrir a la contrapropaganda basada en acciones como repartir despensas u otros apoyos que les ayudan a generar una opinión pública favorable ante la sociedad y competir abiertamente con las autoridades legítimamente establecidas.
“Los cárteles mexicanos buscan, como otras organizaciones delictivas, crear redes sociales de apoyo, que le son altamente redituables como es la familia de los propios narcotraficantes, o células de informantes, y contar con bases de apoyo que los ayuden de diferentes maneras como proporcionándoles suministros y casas de seguridad. Sin embargo, los apoyos no son gratuitos y no son almas de la caridad”, advirtió el especialista en Seguridad.
Rodríguez Sánchez Lara refirió que ante la debilidad de los distintos órdenes de Gobierno, en varias regiones del país, los grupos criminales tratarán siempre de postergar la entrada de las fuerza gubernamentales o que den un paso atrás, y buscan competir abiertamente con programas sociales. Y en escenarios institucionales muy debilitados asumen servicios que deberían de dar las autoridades como es la justicia, la seguridad o proveer otros servicios.
El profesor de seguridad en la Universidad de las Américas Puebla consideró que las autoridades federales encargadas del combate a la delincuencia organizada están obligadas a implementar las estrategias para desmontar la contrapropaganda que realizan grupos criminales.
“Tienen que dar un seguimiento a las redes sociales y trabajar con las empresas de telecomunicaciones y de redes para retirar de inmediato ese tipo de información. También este tipo de estrategias deben emplear contenidos que comuniquen a la sociedad lo negativo y lo perverso que son estas organizaciones”, recalcó.
El especialista advierte que se tiene que hacer lo que se llama inteligencia de fuerzas abiertas, que consiste en neutralizar los mensajes que pudieran generar una empatía con estos grupos . Además de analizar sus estrategias de difusión y persuadir a la ciudadanía de lo peligroso que es vivir en la criminalidad.