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Mérida, Yuc., 23 de julio de 2021.- La rehabilitación del paso deprimido ya es un ejemplo en el sector de la construcción de lo que no se debe hacer para evitar imprecisiones y garantizar que las futuras inversiones en infraestructura cumplan con la norma, la calidad, los tiempos de ejecución, la puesta en operación y la garantía de vida de una obra, recalcó el ingeniero Alfonso González, presidente del colectivo ciudadano Sinergia Yucatán.
En el proyecto de rehabilitación del paso deprimido faltó información para conocer cuál fue la planeación que se aplicó y se consideró en los trabajos que tendrán un gran desfase con el tiempo estimado para la entrega, señaló el representante del colectivo, que agrupa 29 organizaciones de la sociedad civil relacionadas con la infraestructura, el desarrollo urbano sostenible y su marco legal.
“Cualquier obra que se realice, del tamaño que sea, tiene que hacerse con la planeación adecuada, a mayor envergadura mayor número de cosas se tienen que tomar en cuenta, construir una casa requiere cierta planeación, para construir un edificio se necesitan otros estudios y en el caso del paso deprimido, que ha sido una obra muy polémica desde su creación se tuvieron que tomar en cuenta proyectos de ingeniería eléctrica, hidráulica, de tránsito, señalética, impacto urbano e impacto vial”.
Por ejemplo, señaló, se desconoce cuánta es el agua que cae en esa zona y su área tributaria, por lo que no se sabe si las dos cisternas que se están haciendo son suficientes para captar toda el agua que caiga en la zona y si se llenan hacia donde se va desalojar el líquido.
Otro factor, dijo, es saber cuál es el nivel que tiene la zona, pues cerca está Gran Chapur y Super Aki que tienen estacionamiento subterráneo y no se inundaron.
“Se requiere sabes si la zona de la glorieta de la paz está más alta o más baja y hacia dónde corre el agua subterránea, por lo que es necesario hacer primero estos estudios para que con base en los resultados se tomen decisiones lo más cercanas posibles a la solución de un problema”.
Detalló que tampoco hay un plan de manejo que establezca los pares viales y para dónde se va a desviar el tránsito, cuál es el aforo vehicular real en la zona y, si están clasificados, cuantos son taxis, combis, camiones o vehículos familiares. “Todo eso debe estar asentado y conocer todos los parámetros que participan en esa obra”.
Alfonzo González aseveró que si no se logró resolver el problema donde se tuvieron 310 días para planearlo, y que vemos que ya rebasó los tiempos establecidos para la entrega de obra, habla que no hubo una planeación adecuada para involucrar las ingenierías necesarias para no tener demoras y contar con tiempos de colchón para resolver cualquier eventualidad que pudiera presentar, ya que la temporada de lluvias era una variable que se debió considerar.
“El que sea un obra por asignación directa que ofrece la Ley de Obra Pública no es motivo para que no podamos conocer ni el monto, ni el plazo, ni las especificaciones, ni los alcances del proyecto y mucho menos que no se sepa quiénes son los responsables a quienes se les encargó los estudios que garanticen que el proyecto iba funcionar”.
El ingeniero dijo que no hay estudios que garanticen que lo que se está haciendo es lo correcto y que vaya a funcionar, sobre todo en casos de emergencia.
“La norma establece que altura de túneles en ciudades es de 4.22 metros como mínimo y el paso deprimido tendrá menos, en caso de emergencia no podrá pasar un camión de bomberos. La norma también establece que debe tener una banqueta de 75 centímetros de ancho para que pase la gente en caso de una emergencia”.
Como ciudadanos, expuso, nos disgusta una situación así porque queremos que Mérida siga siendo un referente en calidad de vida, lo cual está relacionado con la calidad de infraestructura que tenga la ciudad y el comportamiento de todos para respetar y cuidar las urbanas.
La excusa de que las lluvias retrasaron los trabajos, consideró, es una opinión muy pobre porque en el canal de la mancha son 70 kilómetros entre el continente Europeo e Inglaterra y en el túnel no entra el agua.
“Otro ejemplo es que están haciendo la embajada norteamericana al norte de la ciudad y tiene pisos inferiores donde sí están utilizando materiales adecuados, membranas y haciendo uso de toda la tecnología que existe porque la ingeniería es universal”.
Desde el principio, recalcó, se sabía que era una obra de lucimiento pero que no servía para nada, costo muchísimo dinero y sigue costando su mantenimiento porque las bombas de achique no trabajan gratis, requieren una cuota que hay que pagar por la energía y el mantenimiento preventivo, y cuando se descomponen.
“No es hacer leña del árbol caído, sino un buen ejemplo para que los técnico puedan saber cómo se deben hacer las cosas y qué se debe evitar para que no se repitan éstos malos ejemplos, donde aún se desconoce cuál será el monto final, qué incluye la obra, cuál es su alcance y en cuánto tiempo se requerirá darle mantenimiento”.