Se despide Nuria Diosdado, leyenda de la natación artística en México
GUADALAJARA, Jal., 28 de abril de 2020.- Desde 1950 en México, con la creación de la Segunda División, los directivos del futbol de la época agregaron al sistema de competencia el ascenso y descenso, la cual surtiría efecto un año después: en la temporada de 1950-51. A partir de esa fecha, hasta la campaña de 1968, el descenso se definía de la manera tradicional: el último lugar de la tabla general sería la escuadra que se iba a engrosar las filas de la Segunda División.
En el certamen 1968-69 daba paso al nacimiento de una Liguilla por el no descenso, la cual consistía en la disputa entre dos o hasta cuatro clubes con menor puntaje, siempre que no se llevaran más de cuatro unidades de distancia entre ellos. Años más tarde, en la competencia de 1984-85, se suspendió por los brotes de violencia suscitados en el Estadio Coruco Díaz de Zacatepec, luego de que el conjunto cañero perdiera ante Necaxa y con ello cayeran de categoría.
A principios de los 90, y cuando aún eran torneos largos, los dirigentes del balompié nacional modificaron el formato e hicieron el descenso vía porcentaje (prevaleció hasta su suspensión en este Clausura 2020), que consistía que al final de cada ciclo anual (par de torneos), contabilizaban el cociente obtenido de los cotejos jugados en las últimas seis temporadas. De la entonces Primera División, bajaba la institución que cosechase el peor promedio; no obstante, si dos escuadras tenían el mismo porcentaje, había que irse al departamento por diferencia de goles.
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