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MORELIA Mich., 1 de mayo de 2020.- Atravesó el deporte como un cometa, una superestrella de otro mundo cuya brillantez como piloto fue igualada por un intelecto deslumbrante acompañado de una gran carisma que iluminó las carreras de Fórmula Uno como nunca antes. Él es, Ayrton Senna, quien un 1 de mayo pero de 1994 falleciera durante la celebración del Gran Premio de San Marino.
Este viernes se cumplen 26 años de la muerte de Senna, quien en vida luchó sin cesar extender sus límites, ir más rápido que él, una búsqueda que finalmente lo convirtió en mártir pero no disminuyó su mística.
Ayrton Senna da Silva nació el 21 de marzo de 1960 en una familia brasileña adinerada donde, con su hermano y hermana, disfrutó de una educación privilegiada. Nunca necesitó correr por dinero, pero su profunda necesidad de correr comenzó con un enamoramiento por un kart en miniatura que su padre le regaló cuando tenía cuatro años. Cuando era niño, lo más destacado de la vida de Ayrton fueron las mañanas del Gran Premio, en las que despertaba temblando de anticipación ante la perspectiva de ver a sus héroes de Fórmula Uno en acción por televisión.
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