Buscan poner fin a la violencia contra las trabajadoras sexuales
MÉRIDA, Yuc, 17 de febrero de 2020.- La naturalización de la violencia es un tema cultural y de falta de compromiso de las autoridades por el reconocimiento de estos crímenes por razones de género, expresó Adelaida Salas, representante del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
“Vivimos, crecemos y perpetuamos la violencia, no hay nada que esté trabajando el tema y apoye la ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. La naturalización de la violencia la tenemos de años atrás, hemos trabajado para visibilizar que no son normales conductas de los hombres a las mujeres, no es normal la violencia en el noviazgo, los celos, donde se ve como algo natural”.
De diciembre de 2018 a diciembre del 2019 los feminicidios aumentaron en México en 16.6 por ciento, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en tan solo cinco años este delito aumentó un 137 por ciento, según datos de la Fiscalía General de la República.
Silvia Elena Ojeda Ortega, de 43 años de edad, de oficio costurera, fue la cuarta víctima de feminicidio en Yucatán en 2019, sin embargo, su caso no fue tipificado por este delito, ya que según información de la Fiscalía General del Estado (FGE) este crimen no cumple con las características que el Código Penal local exige.
El presunto responsable es un menor de edad J.J.C.L, al cual se le relacionó sentimentalmente con la víctima.
Para Elide Ojeda, su hermana no merecía morir de esta manera, pues era una mujer trabajadora.
“Ella no le hacía daño a nadie. Su único error fue acompañar a una amiga ese día al centro, después no supimos más”.
También lamentó el no reconocimiento de la violencia con la que fue asesinada. “Dicen que no fue un feminicidio, pero la mataron con mucho odio por todo lo que le hicieron”.
Actualmente el juicio por el homicidio de Silvia se lleva a cabo en el juzgado especializado en Justicia para Adolescentes, la familia apoyada por la sociedad civil, solicitará la reconfiguración del delito para que sea reconocido como un feminicidio.