Indicador Político
Haber adelantado los tiempos políticos está resultando un abuso político del presidente Andrés Manuel López Obrador. Tener a su disposición todos los recursos del Estado, colonizar a las autoridades electorales, y no haberse ceñido a las leyes que él mismo promovió como opositor ha derivado en una serie de actos que no sabemos si le servirán a su candidata ante los meses que aún faltan para las elecciones.
La idea de López Obrador habría sido -jamás he hablado con él ni lo ha declarado- que su candidata tan poco carismática y cero emotiva ganara por cansancio y a fuerza de la repetición no sólo de sus argumentos sino que también se hicieran trillados sus temas más polémicos.
El presidente, ante la caída de la línea 12, se dio cuenta de que con ese peso encima a su candidata, la única que le garantiza que él siga mandando -eso cree-, se le habían acumulado los negativos y le costaría diluir esos temas en el tiempo electoral normal.
Como ha sido su principal característica, López Obrador no se ciñe a ninguna regla que no sea la propia. Así lo hizo cuando fue jefe de Gobierno, pero nunca será lo mismo ser un gobierno opositor “agredido” por el poder presidencial que ser el agresor de los demás desde la presidencia.
El cálculo político de tiempos pareciera que se convertirá en un tema que no soportará el paso de los meses. Cómo hemos visto, los aduladores de la candidata oficial parecieran haber seguido al pie de la letra la instrucción de quien los vio ayer como adversarios y hoy necesita para crecer una campaña que se está complicando al interior y que, sin duda, pagará cara la división y el favoritismo con que se están decidiendo los candidatos.
La idea, queda claro, es mandar la señal de que Claudia ya ganó, que las elecciones sólo servirán para ratificar algo que ya se sabe y con ello desincentivar la participación ciudadana que, lo saben, si es de mucha afluencia aplastaría cualquier fraude como el que el presidente armó desde Palacio.
Las nueve designaciones para las gubernaturas también tendrán un costo para ellos. Dimensionar o agigantar la salida de dos seres menores como Rommel Pacheco -que ha vivido del poder y se ha cambiado de partido por el cargo- o de Jorge Carlos Ramírez Marín que ha perdido hasta una diputación federal y hasta la alcaldía de Mérida es un despropósito que sólo aspira a generar la idea que hay problemas en la oposición.
Por si alguien no lo tiene claro, el país se enfrentará a una elección del Estado como aquellas que fabricaba el PRI del siglo pasado en los que violentar la ley con tal de imponerse de nuevo sólo se pudo frenar desde el poder, por un presidente que tenía la convicción de que la democracia sería benéfica para el país.
Aunque no lo dice, López Obrador acordó muchos temas con Zedillo. Se reunía con él y gracias a él pudo ser candidato a la jefatura de gobierno porque, como se ha dicho hasta el cansancio, no tenía residencia en la capital y por ello usó como si fuera su casa la sede del PRD.
Pero no hay que equivocarse. Las elecciones se ganan con votos y si el PRI perdió a pesar de los programas clientelares y la imposición de candidatos y todas las lindezas que hemos visto ¿qué pasará con una candidata que no puede hablar de resultados de los gobiernos de su partido precisamente porque no los hay?
En esta elección de 2024 irán a las urnas los ciudadanos de estados gobernados por Morena como Veracruz, con Cuitláhuac Gutiérrez, o Puebla que gobernó Miguel Barbosa tras la muerte de la gobernadora que ganó la primera elección y hoy tiene en su haber tres gobernadores en un sexenio; o Chiapas donde la descomposición es absoluta desde temas de migración hasta el crecimiento de bandas de narcos; Morelos donde un jugador intentó ser gobierno a golpes de pata; Tabasco donde el desarrollo no ha sido para todos; y la Ciudad de México con el saldo de muerte y destrucción dejado por Claudia Sheinbaum.
El reto no es fácil, en 2021 López Obrador vio lo que los ciudadanos le dijeron en el país. Su votos se redujeron y aunque ganó muchos estados, la huella del narco y el fraude lo perseguirá a él, que tomó Reforma para protestar porque le hicieron fraude. Qué cosa!