Claroscuro
Vaya que causó escozor la ausencia de Santiago Creel en la campaña de Xóchitl Gálvez. De irresponsable no lo bajaron por haberse tomado unas vacaciones programadas de antemano.
Que la campaña no jala, que si los partidos estorban, que si los partidos la perjudican, que los partidos ya la dejaron sola, que dónde está Alito, que por qué no hacen nada aún.
Quizá lo que no termina de entenderse es lo que Xóchitl significa para muchas personas y precisamente por ello hay una enorme preocupación de los ciudadanos de ver que todo en su campaña jale al mil por ciento y ello se convierta en un triunfo.
Sin embargo, nada se dijo de la ausencia de Adán Augusto López que se convirtió en renuncia y en una salida del proyecto de Claudia Sheinbaum.
Para apoyar en la Coordinación Nacional de los Comités de la Defensa de la Transformación, he decidido nombrar a mis compañeros Adán Augusto López Hernández como coordinador político y a Ricardo Monreal como coordinador de organización y enlace territorial #SomosEquipo y #HayProyecto, escribió Sheinbaum en sus redes sociales el 12 de septiembre.
Un mes después, Adán Augusto reapareció y acudió a Palacio para entrevistarse con el presidente. No declaró nada, evadió a los medios, pero el presidente reveló lo que el ex secretario y ex coordinador de Claudia está haciendo: “Creo que está con su familia, con sus hijos, ahora está en asuntos, no lo puedo decir, están muy..”, dijo justificando a la prohibición del INE para temas electorales.
¿Regresará al Gobierno Federal?, se le preguntó a lo que dijo: “No quiso, no es que él tiene las puertas abiertas, nos ayudó mucho, nos ayuda, no es fácil contar con cuadro para el servicio público, otro daño que causaron los neoliberales fue que dejaron de formar cuadro para la administración pública y para la política”.
Lo real es que Adán Augusto desapareció desde su nombramiento y, pereciera, que nadie se percató de su ausencia ni cuestionó el por qué no se le veía, como si lo hicieron con Creel Miranda. Se entiende, Adán no era en realidad el coordinador de la campaña de Claudia, era un pretexto el nombramiento, hacer creer que estaban juntos, que seguían unidos. Él no se fue de vacaciones.
La campaña de Claudia está coordinada desde Palacio, en los estados, desde los gobiernos no sólo la acogen sino que destinan recursos, empleados, personal y tiempo para recibirla, para mostrar ese apoyo que -fingido- le dan quienes bajo amenaza de perder su trabajo acuden a la recepción, al evento, ese que no es campaña.
La sociedad tiene que entender que está campaña presidencial será como se hacía en el pasado: violando la ley, usando al Estado para el candidato oficial, usando a la burocracia para llenar eventos, usando recursos públicos para operar clientelas electorales, usando los medios a su disposición y comprando a los más conocidos precisamente por amoldarse al gobierno en turno.
López Obrador sabe que Claudia no es graciosa, no es simpática, no tiene mensaje, no tiene propuesta, pero es la que le garantiza la continuidad para la imposición del Estado de partido único, de volver a los días en que el Estado no permitía que la sociedad se metiera porque ellos eran los que sabían y si se equivocaban volvían a saber cómo resolver… para eso son el gobierno.
Es decir, Claudia garantiza la muerte de la democracia, de la anulación del derecho ciudadano a elegir así como se anularon beneficios y derechos que la sociedad vaya que luchó para lograr. Ella no lo va a aceptar, va a decir que ellos van por la democracia participativa, porque todo lo decida el pueblo pero la realidad es que la intención es tener todo el poder concentrado en una sola decisión, en una sola persona: el presidente (a).
Los jueces y magistrados no pueden ser de partidos, no deben serlo porque se pervierte el concepto de ley, se pervierte la esencia de la imparcialidad de la justicia y no se cumpliría jamás el argumento de que se acabaría la corrupción porque hoy 109 fideicomisos no sabemos donde están, en qué se invirtieron. No hay información y Claudia representa la continuación de un gobierno que no sólo miente y engaña sino que avasalla. Será un retroceso a un país que ya padecimos.
Los periodistas, como cualquier ciudadano, tenemos derecho a elegir, pero nuestra obligación es que debemos de informar, de detallar y gane quien gane, la obligación de estar parado frente al gobierno, del partido que sea, gane quien gane aún si lo hace quien más nos gusta.