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MÉRIDA, Yuc,. 30 de noviembre de 2023.- De acuerdo con el último Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud Federal, en lo que va del año en Yucatán se han registrado 63 casos de trastornos alimenticios como anorexia y bulimia, 16 en hombres y 47 en mujeres; en el mismo periodo, pero de 2022, hubo 80 casos.
Este jueves, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la conducta Alimentaria, es importante recordar y recalcar que no es correcto realizar comentarios sobre otros cuerpos, pues pueden ocasionar problemas a nivel emocional que derivan en trastornos alimenticios.
La psicóloga Susana Valdés, señala que los trastornos alimenticios se derivan de tener una imagen alterada del físico o del miedo a engordar o ganar peso por mínimo que sea, y muchas veces eso viene como consecuencias de comentarios que se hacen desde edades muy tempranas.
“Gran número de los casos de trastornos alimenticios es en pacientes que en la infancia sufrieron comentarios por su peso, ya sea de compañeros de la escuela o familia, y además eran comparados con otros niños más delgados”.
La especialista señala que los padres de familia tardan mucho en darse cuenta de este padecimiento porque ven muy normal y hasta sano, que sus hijos e hijas comiencen a perder peso sin detenerse a pensar cómo es que lo están haciendo.
“La mayoría de las veces los padres se dan cuenta del trastorno hasta que pasa algo grave a nivel de físico en el paciente, ya sea un desmayo por compensación, úlceras estomacales, anemias severas entre muchas otras consecuencias, esto es grave, porque se dan cuenta en un punto ya muy avanzado en donde las secuelas son permanente”.
Valdés indica que las secuelas por trastornos alimentarios no solo son a nivel emocional pues hay que trabajar en cómo ven su propia imagen y quererse, sino que a nivel físico muchas veces su cuerpo ya no soporta ciertos alimentos, o bien deriva en otras enfermedades.
“Estos es un trastorno mental severo, que puede incluso provocar la muerte del paciente; no son eventos aislados pues uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de padecerlo y se ha convertido en la tercera enfermedad crónica más recurrente en este sector de la sociedad”.
Los trastornos alimenticios más conocidos son la bulimia, anorexia nerviosa, el trastorno por atracón y la vigorexia, pero también existe la ortorexia, que es la obsesión por comer de manera saludable, y la preocupación patológica por la comida sana lleva a consumir exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas; esta práctica se vuelve obsesiva dificultando la estabilidad emocional del paciente.
Según datos aportados por la asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia, en la actualidad entre el 10 y el 15 por ciento de la población sufre algún trastorno alimentario.