Libros de ayer y hoy
Veo a un grupo de priistas, altos funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto, aliándose con la candidata de Andrés Manuel López Obrador cuyo proyecto es destruir ese país que nos dimos desde los tiempos de Ernesto Zedillo, un presidente que mereció nuestro respeto por ser un demócrata. Sé que para más de uno apoyar a Morena tiene que ver con trabajo, con becas y con esas pensiones que dicen no son clientelares, para nosotros apoyarlo es declararle la muerte a México y a nosotros mismos negarnos la opción de escoger a quienes nos gobiernan.
Escucho a Eruviel Ávila hablar de Claudia Sheinbaum como si se hubiera equivocado cuando la describió y él gobernaba el Estado de México; veo a Jorge Carlos Ramírez Marín censurar la corrupción de Peña Nieto cuando él forma parte importante no sólo de los excesos de ese gobierno sino de la estafa maestra y otros escándalos.
Adrián Rubalcava ahora le pide a Sheinbaum unirse a su campaña cuando, en los hechos, como alcalde de Cuajimalpa trabajó más para ella que para quienes lo eligieron en esa de marcación y le dieron el triunfo como abanderado del PRI. Veo a Rommel Pacheco o a Javier Corral renunciar al partido que los hizo diputado federal a uno y al otro gobernador y escucho como dicen que Mauricio Vila instruye a su secretario de Desarrollo Social hacer labor de zapa en los municipios yucatecos.
Muchos me dicen que son políticos pragmáticos, pero sigo pensado que son políticos que la desesperación por figurar o estar en la nómina del gobierno los ha llevado a cometer traiciones a ellos mismos. Para que haya respeto, primero hay que respetarse a si mismo.
En esa relación, hay gente como Ramírez Marín que no se traiciona a sí mismo porque él es traidor por naturaleza no sólo al partido sino de la gente que le apostó a su carrera política. Para él, sólo él merece reconocimientos.
¿Cómo es posible que funcionarios del gobierno más corrupto del PRI en los últimos años se deslinden de quien los hizo millonarios y a quien no respetaron por el cargo que les confirió y traicionaron su confianza? Quizá porque Peña era más corrupto que todos ellos, quizá porque Peña se sentía amarrado de esos gobernadores priistas que le pusieron el presupuesto a disposición cuando fue candidato presidencial. No lo sé, hay cosas que no puede uno no sólo entender sino menos validar o aceptar.
Es un tema de principios. Hoy cuando Morena está nutriéndose de quienes fueron compañeros de partido de López Obrador en sus inicios, se olvidan el desprecio y la ofensa del presidente López Obrador a ellos y a su manera de hacer política y se apresuran a enrolarse quizá por temor a las represalias, quizá por sus propios expedientes o quizá porque ya entendieron que Morena es una farsa que no reconoce a sus fundadores y opta por los desechos de otros partidos a quienes si les da los cargos públicos.
No lo sé. Me queda claro que viejos priistas no han entendido que eso de ser demócratas no se les da a todos y otros que saben que su capacidad no les da para amasar fortunas y precisamente por ello están en el servicio público.
Hoy, cuando el primer denostador del PRI es el presidente, nos deja claro que mientras a él lo apoyen y a su movimiento no levantará un dedo en su contra; nos deja claro que muchos de los votaron por él para limpiar al país están más que arrepentidos, pero su arrepentimiento se paga con las pensiones y demás “apoyos” que ven como la compra de su voto, de su lealtad y, sobre todo, de su indiferencia a un país que llevan años saqueando desde el mismo lugar.
Otros votaran en conciencia: en contra. El PRI de hoy con Alejandro Moreno Cárdenas se ha democratizado y ha optado por ser oposición. Cómo dicen en la Alianza, quizá esté viendo el bien mayor que es evitar la destrucción de las instituciones del país, parar la destrucción del México que tanto nos costó construir desde cada trinchera personal.
Alito es polémico, es arrogante para muchos, soberbio para otros, pero optó por ser oposición como lo hizo Cárdenas en su oportunidad, o Muños Ledo en esos años. Eso algo debe valer porque no se cambió del partido que lo hizo lo que él es.
¿Qué le costaba entregarse a Morena? No lo hizo, aguantó a pesar de los amagos, de las presiones, de los expedientes y de las violaciones a los amparos que logró. Los priistas tránsfugas los hemos visto siempre, así llegaron al PRD, al PAN, al Verde por lo que no extraña que hoy estén en Morena que tiene el poder y el presupuesto, pero también el poder de presionarlos con cárcel por sus desvíos. Ahora empiezo a entender aquella frase que alguna vez en la redacción del Diario en los años 80´s decía Carlos Castillo Peraza a propósito por una respuesta carente de ética de su interlocutor: se te salió el priista que todos llevamos dentro.
Que López Obrador los acepte, les diga que qué bueno que están arrepentidos, que agradece el apoyo no tiene mucho valor para un presidente que ha consentido el peor fraude al país con Segalmex, el despilfarro de Pemex, la opacidad en la refinería, en el tren maya, el enriquecimiento de sus hijos y sus familiares. Un farsante: no es demócrata, no es honesto menos capaz. Es peor que todos.
Que López Obrador traicione sus principios es entendible: no los tiene, sólo su ego le ha dicho que él es capaz. Por desgracia para el país, la realidad lo ha dejado desnudo: ni seguridad, ni salud, ni educación, ni rescate a los pobres ha cumplido, por fortuna ya sólo le quedan 10 meses a su gobierno. Ahora, como buenos mexicanos, nos toca evitar la destrucción del país de aquella que no responde por sus muertos, que no responde por su incapacidad y que ha dejado claro que no tiene carisma y que su único plan de gobierno es seguir el ejemplo de su benefactor.
Que lo va a meter a la cárcel, dice en privado, ¿ud le cree? Seamos patriotas, seamos honestos, seamos combativos y digamosle que el México que ellos quieren no es el que nosotros soñamos: tenemos aspiraciones, tenemos ganas de triunfar, tenemos ganas de tener un gobierno que nos sirva, no que se sirva de nosotros. De esos ya tuvimos suficientes, ¡ya basta! Ni un voto a Morena, por más buena gente que sea su candidat@, los hechos los desenmascaran.