Le cantará Eugenia León a Yucatán
MÉRIDA, Yuc., 24 de marzo de 2024.- El domingo 24 de marzo marca el comienzo de la Semana Santa para la Iglesia Católica, con la conmemoración del Domingo de Ramos, día que evoca el momento en el que Cristo entró triunfante en Jerusalén.
El significado y prácticas están detallados en la Carta de fiestas pascuales del Vaticano (1998) y en el libro Jesús de Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección del Papa Benedicto XVI. Estas son algunas:
✝️ Llegada a Jerusalén…
El término “Domingo de Ramos” deriva del evento que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió agitando ramas de palma (Juan 12,13).
Según la “Carta de fiestas pascuales”, el Domingo de Ramos “abarca tanto el presagio del triunfo real de Cristo como el anuncio de su Pasión”. Además, añade que “la relación entre ambos aspectos del misterio pascual debe evidenciarse tanto en la celebración como en la catequesis del día”.
✝️ La Procesión…
La procesión se lleva a cabo una vez, usualmente antes de la Misa con mayor asistencia, ya sea el sábado o el domingo
“Durante la procesión, los fieles imitan las aclamaciones y gestos de los niños hebreos que salieron a recibir al Señor, entonando el ferviente ‘¡Hosanna!’”, describe la Carta de fiestas pascuales.
✝️ Las hojas de palma...
No es necesario utilizar exclusivamente hojas de palma en la procesión, también se pueden emplear otras plantas locales como el olivo, el sauce, el abeto y otros árboles los cuales serán bendecidos durante la misa.
✝️ Entrada triunfal…
En su libro Jesús de Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección, el Papa Benedicto XVI explicó que Jesucristo reclamó el derecho de los reyes a demandar modos de transporte particulares. El uso de un animal (el burro) en el que nadie se había sentado aún señala este derecho real.
✝️ Hossana…
En el tiempo de Jesús esta palabra tenía matices mesiánicos. En la aclamación se expresan las emociones de los peregrinos que acompañan a Jesús y a sus discípulos: la alabanza alegre a Dios en el momento de la entrada procesional, la esperanza de que la hora del Mesías había llegado.
Al mismo tiempo era una oración que indicaba que el reinado davídico, y por lo tanto el reinado de Dios sobre Israel, sería restablecido.