Los límites de la complacencia
¡SIGUE IMPUNIDAD DE “MATA-PERIODISTAS”!
Aquí lo dije horas después del atentado contra el reputado periodista, Ciro Gómez Leyva.
Dije que en México prolifera el crimen contra periodistas, por una razón elemental; porque los “mata-periodistas” gozan de impunidad total.
Y también pronostique que el gobierno de López Obrador nunca aclararía el atentado criminal.
¿Y por qué la certeza de que no habría justicia?
Porque eran muchos los indicios de que el ataque a balazos, contra el reconocido conductor, en realidad habría sido “un atentado de Estado”.
Es decir, un ataque criminal que no sólo habría sido solapado, sino ordenado desde alguna institución del Estado.
Y por esa misma razón, a nadie en el gobierno de López –y menos a todas las instituciones del Estado mexicano–, les interesó aclarar lo ocurrido y castigar a los presuntos autores intelectuales.
Y no, no se trata de una teoría descabellada y menos inventada.
Y es que realidad asistimos al mejor ejemplo de un clásico del poder; “la causa política y el efecto criminal”.
Sí, para nadie es nuevo que el periodista Gómez Leyva siempre fue incómodo para el gobierno de Obrador y, en especial, para el presidente. Por tanto, tampoco sería novedoso que manos criminales hicieran el “trabajo sucio” para halagar al “amado líder”.
Y la mejor prueba de que ese fue el modus operandi en el gobierno de López, es que en su sexenio se cometieron nada menos que 81 crímenes contra periodistas –la mayor cantidad del mundo y de la historia–, y no se aclaró ni uno solo. Y hoy, en la gestión de Claudia, la cifra es aún mayor, ya que en sólo dos meses van tres periodistas asesinados, en cuatro ataques criminales.
Por eso tampoco es casual que, a días de que se cumplan dos años del atentado a la vida a uno de los más reconocidos periodistas mexicanos, se confirme que la gestión de AMLO no hizo nada por aclarar el crimen y que tampoco le importó llegar a la verdad y hacer justicia a la ex jefa de gobierno de la CDMX, convertida hoy en “la señora presidenta”
Incluso, el propio Gómez Leyva habló del tema en su columna de ayer 9 de octubre en el diario Excélsior, titulada “Dos años”.
En síntesis, escribió lo siguiente: “Se cumplen dos años del atentado que sobreviví el 15 de diciembre de 2022… ¿Qué ha pasado? Dos años, no sé quién me mandó matar, no sé por qué”. (FIN DE LA CITA)
Pero no es novedad el desén oficial por la vida de los periodistas y, sobre todo, la impunidad que brindan a los “mata-periodistas”.
Y es que horas después del atentado, en la columna Al Tiempo, del 17 de diciembre del 2022 –que por años se difundió el diario digital “Contrapeso Ciudadano”–, titulada: “¿Por qué matar periodistas?”, señalé que no se resolvería nada sobre el atentado a Gómez Leyva. Así lo dije: “¿Por qué en México son asesinados el mayor número de periodistas en el mundo?
“La respuesta es elemental; porque en México los “mata-periodistas” son impunes al delito de quitar la vida a los informadores; porque en México nadie investiga el asesinato de un periodista y porque a nadie, en el Estado mexicano, le importa castigar a los responsables intelectuales de la muerte de un periodista.
“Y es que los verdaderos periodistas; los críticos y aquellos que indagan, denuncian y cuestionan las transas y fracasos de la gestión de Obrador, son vistos como un estorbo por el mismísimo presidente quien, a diario los difama, calumnia, estigmatiza y señala.
“Sí, desde Palacio, Obrador alienta la violencia contra periodistas, mientras que su gobierno nada hace para aclarar tales crímenes. De esa manera se cierra el círculo perfecto de “la causa política y el efecto. criminal”.
“Pero volvamos a preguntar ¿Quién ordena matar a un periodista?
“Lo primero que debemos saber que los periodistas que hacen noticia y opinión son igual de incómodos para políticos, empresarios, gobernantes y jefes mafiosos que ven en el trabajo periodístico un peligro para la mantener oculta su ineficacia, sus transas, negocios sucios, cochupos y raterías…
“No sabemos quién intentó matar a Ciro, pero sí sabemos que no se descarta ninguna hipótesis, incluso la de un crimen de Estado, ordenado por el propio López Obrador; y por eso no se investigará nada”. (FIN DE LA CITA)
Volví al tema un día después, en el Itinerario Político del 18 de diciembre de 2018, titulado: “¿A quién le sirve un periodista muerto?”.
Así lo expuse: “El periodismo, en general, pero en especial géneros como noticia, reportaje y opinión, no dolo son los potentes anticuerpos sociales, capaces de exhibir frente al ojo público las taras ciudadanas sino que, al mismo tiempo, son una amenaza para los que se benefician de una sociedad enferma.
“Nos referimos a enfermedades sociales como la corrupción, la ineficacia oficial, los abusos del poder, la transa, el “cochupo” y, sobre todo, la violencia y el crimen organizado.
“Pero el problema es aún mayor cuando el gobierno mexicano de hoy, el de López Obrador, mantiene una clara alianza con grupos criminales a los que brinda impunidad total; grupos que estimulan a los “mata- periodistas”.
“Pero, en el fondo, el estímulo al “mata-periodistas” dimana del poder presidencial; viene del propio gobierno y del presidente mismo. ¿Por qué?
“Porque a diario, de forma machacona, ofensiva, calumniosa y difamatoria, el presidente Obrador apunta su dedo flamígero contra tal o cual periodista crítico; sobre tal o cual empresa mediática y descalifica tal o cual trabajo de investigación que exhibe los intríngulis de su gobierno fallido; que señala a los ladrones en el poder y muestran ante el ojo público la impostura llamada Cuarta Transformación”. (FIN DE LA CITA)
Pero tampoco debe sorprender el talante dictatorial de Obrador. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, luego de la persecución en mi contra, el 9 de mayo de 2018, dije que un eventual gobierno de López –y su potencial Maximato–, le avisaba a medios y periodistas la forma en que serían perseguidos los críticos.
Así lo dije, en el Itinerario Político titulado: “Adíos”, de aquel 9 de mayo de 2018: “En el fondo, los que lincharon a Ricardo Alemán, les avisan a todos los mexicanos lo que será el trato oficial con los críticos en un gobierno de Morena; el que se atreva a disentir será linchado”. (FIN DE LA CITA)
Por eso volvemos a preguntar: ¿Hasta cuándo sabremos quién ordenó matar a Ciro Gómez Leyva? ¿Por qué?
Al tiempo.