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Entregan en Yucatán más de 30 bases en el Poder Judicial
MÉRIDA, Yuc., 10 de febrero de 2025.- La riqueza de moluscos en la región de la Península de Yucatán ha sufrido un deterioro significativo debido a la sobreexplotación, poniendo en riesgo tanto las especies como el equilibrio ecológico de los ecosistemas marinos. Marta Enríquez, investigadora asociada en el Laboratorio de Biología y Cultivo de Moluscos, explica la situación actual de estas pesquerías en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo.
En el pasado, el cultivo y la pesca de moluscos se centraban principalmente en el caracol, una especie altamente valorada. Sin embargo, Enríquez señala que la pesquería de caracoles en Yucatán está prácticamente extinta.
“En Yucatán, no hay pesca de caracoles; esa pesquería está completamente acabada.En Campeche, aunque todavía se realizan actividades pesqueras, las poblaciones están severamente explotadas. Por su parte, Quintana Roo mantiene una pesca estacional, pero de forma muy limitada”, asegura la investigadora.
Según los informes más recientes, en Campeche existían cuatro poblaciones principales de caracoles que sustentaban la pesquería. Sin embargo, Enríquez aclara que solo dos de estas poblaciones siguen presentes, mientras que las otras dos especies —incluido el caracol rojo y la campechana— son prácticamente imposibles de encontrar. Esta situación representa un claro indicativo del colapso ecológico al que se enfrentan estas especies.
Otro factor que agrava la situación es la pesca furtiva, una práctica que continúa afectando las poblaciones de caracoles en la región.
“Pesca furtiva siempre hay. Un ejemplo claro es el caracol rosa, que puede encontrarse ocasionalmente en las playas de Progreso, pero cuya procedencia apunta al Arrecife Alacranes, una de las áreas más importantes para la biodiversidad marina de Yucatán.”, comentó.
Finalmente señaló que además del valor económico que representa, el caracol cumple funciones esenciales en el ecosistema marino. Como explica Enríquez, estos organismos desempeñan un papel clave en la renovación del fondo marino, moviendo la arena y alimentándose de algas y detritos, lo que contribuye a la estabilidad del ecosistema. Su desaparición genera un desequilibrio ecológico que podría tener consecuencias graves a largo plazo.