
Llama a orar con amor y devoción en esta Cuaresma
MÉRIDA, Yuc., 5 de marzo de 2025.- Alejandra Ávila, madre de Ezra, lleva mil 541 días sin poder ejercer plenamente su derecho a la maternidad. A sus 27 años, ha enfrentado un proceso judicial marcado por lo que califica como violencia institucional y vicaria, tras la sustracción de su hijo por parte del padre en 2020, cuando el menor tenía apenas tres años.
Desde entonces, Alejandra ha luchado en instancias legales para recuperar la custodia y el derecho a convivir con su hijo. Señala que el sistema judicial ha favorecido a la otra parte, a pesar de la existencia de pruebas contundentes a su favor.
“La decisión de las autoridades de separarla de su hijo se ha basado en argumentos sobre su estado de salud mental, los cuales he demostrado no existen con constancias médicas y psicológicas y estás no han sido consideradas en el juzgado”, informó.
En 2023, la sentencia final le retiró la custodia de su hijo, obligándola a verlo únicamente en el Centro de Convivencia Familiar de Yucatán (Cecofay), dos veces al mes por un periodo de dos horas.
“A un niño de tres años no se le debió separar de su madre de esa forma, cuando existía un lazo tan fuerte entre nosotros. El padre no tenía una presencia activa en su vida y, de pronto, simplemente se lo llevaron”, expresó Alejandra.
Sin embargo, a finales de 2024, el tribunal de apelaciones ordenó la reposición del proceso, lo que representa una nueva oportunidad para que el caso sea revisado. Ante este escenario, Alejandra mantiene la esperanza de que la justicia actúe de manera imparcial y en beneficio del menor.
Fátima Cepeda Paredes, su abogada, enfatizó que el proceso ha estado plagado de irregularidades, como la inadmisión de pruebas documentales y testimoniales, así como la falta de una valoración psicológica adecuada por parte del Estado.
“La separación entre madre e hijo, sin permitir convivencias supervisadas, no sólo es violatoria de derechos para Alejandra, sino también para el infante”, explicó la abogada.
A pesar del tiempo transcurrido, Alejandra mantiene la lucha por el bienestar de su hijo. Desde que se le permitió nuevamente verlo en el CECOFAY señala que el vínculo materno-filial se ha ido reconstruyendo, destacando la resiliencia de su hijo ante esta situación.
“Lo vi este fin de semana, y eso me motiva a seguir aquí. Es importante que mi historia se conozca, pero aún más importante es darle voz a mi hijo, que no puede expresarse por sí mismo”, puntualizó.
El próximo viernes 7 de marzo se llevará a cabo una audiencia clave en el caso. Alejandra y su defensa hacen un llamado a las autoridades para que el proceso se resuelva con apego a derecho, priorizando el bienestar del menor.