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MÉRIDA, Yuc., 5 de mayo de 2025.- El aumento de la temperatura en la entidad no solo afecta la salud física de las y los habitantes, sino que también tiene repercusiones en el estado emocional y comportamiento cotidiano. José Alfredo Copó Rodríguez, psicólogo integrante de la Asociación de Suicidología Yucatán, explicó que si bien es común vincular el calor con la irritabilidad y la violencia, el fenómeno es más complejo y está profundamente influenciado por el entorno y las habilidades emocionales de cada persona.
“Se suele decir que el calor detona la violencia, pero más que una causa directa, habría que mirar cómo las personas enfrentan el malestar que provoca la temperatura. El contexto ambiental influye, sí, pero también hay que considerar qué habilidades tienen para manejar el estrés y comunicarse de manera saludable”, explicó.
El especialista señaló que no todas las personas reaccionan con arrebatos ante las olas de calor, por lo que es necesario evitar generalizaciones y enfocarse en los factores de fondo, como las condiciones de vida y laborales.
“Hay personas que trabajan bajo el sol, que caminan largas distancias sin vehículo o que tienen dobles jornadas. Todo eso suma. Antes de catalogar a alguien como violento o conflictivo, es importante preguntarse qué está viviendo, qué le está empujando a reaccionar así”, indicó.
Desde su experiencia, la recomendación central es promover la conciencia emocional, una habilidad que va más allá del llamado control de emociones.
“Las emociones son efímeras, intentar ‘controlarlas’ es como querer encajonarlas. Lo que necesitamos como sociedad es desarrollar herramientas para reconocerlas, validarlas y gestionarlas sin reprimirlas ni explotarlas hacia las y los demás”, añadió.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades y medios de comunicación para impulsar campañas de sensibilización accesibles, considerando que no todas las personas tienen el mismo acceso a recursos o atención psicológica.