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MÉRIDA, Yuc., 3 de agosto de 2025.— La situación del consumo de drogas entre adolescentes yucatecos y yucatecas representa un desafío creciente, especialmente por la presencia de sustancias de alto riesgo como el cristal adulterado con fentanilo, confirmó Zayuri Valle Valencia, directora del Centro Estatal de Prevención Social del Delito y Participación Ciudadana.
Durante el primer semestre del año, la institución ha intensificado sus acciones enfocadas en la prevención desde un enfoque comunitario, trabajando directamente en escuelas secundarias y preparatorias, así como con madres, padres y docentes. La meta es crear factores de protección que ayuden a las y los adolescentes a tomar decisiones más conscientes frente a la presión social y el fácil acceso a estupefacientes.
“La cercanía que tienen las y los jóvenes con las drogas es real y alarmante. Muchos no saben qué están consumiendo. Piensan que se trata de una sustancia, pero en realidad es algo más peligroso. Estamos hablando de productos mezclados con fentanilo que generan adicción casi inmediata”, puntualizó Valle Valencia.
De acuerdo con los datos recabados en colaboración con instituciones como el Centro de Integración Juvenil y el albergue Arca de Noé, así como por testimonios de jóvenes en escuelas, el primer contacto con estas drogas suele deberse a la curiosidad, retos entre compañeros o simple presión del entorno. Frente a este panorama, la estrategia del centro incluye un componente clave: desnormalizar la cultura punitiva y castigo en torno al consumo, para abordar el tema desde la conciencia y la prevención informada.
“En nuestra cultura, cuando una persona comete un error, lo primero que se pregunta es: ‘¿cuál es el castigo?’. Queremos cambiar ese enfoque y enseñar que tener acceso a una sustancia no es sinónimo de condena, sino una oportunidad para detenerse y decir: ‘esto no lo quiero en mi vida’”, añadió.
El alcohol continúa siendo la sustancia más comúnmente consumida por adolescentes en Yucatán, seguida por drogas como el cristal, la piedra y el fentanilo. Por ello, la intervención se está desarrollando de forma integral, no solo con el estudiantado, sino también con las madres, padres y personal educativo.
Valle Valencia subrayó que uno de los principales retos es lograr la asistencia de padres y madres de familia, especialmente por las limitaciones laborales. Para ello, el centro se adapta y acude a las escuelas en horarios vespertinos, fines de semana o días festivos, asegurando que la información preventiva llegue a todos los hogares posibles.