Claroscuro
Se tomaron previsiones por la pandemia, la caída de la economía y la medidas sanitarias impiden la venta de boletos, trazaron un Plan “B” para asegurar éxito del sorteo.
No es casual el desvío de 500 pesos mensuales de cada una de las cuentas de los beneficiarios del programa Sembrando Vida. Coincide con el precio del cachito de la rifa del Avión Presidencial, que no es tal, sino simplemente dinero, como cualquier otro sorteo de la Lotería Nacional.
Sin importar la tragedia natural que viven Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, que hasta el momento lleva cuatro muertos y desaparecidos, se montó el show en el hangar con la presencia del Secretario General Luis Rodríguez Bucio, mientras el desastre del huracán Hanna requiere la presencia del Ejército en los tres estados.
Sin embargo, la apuración de Andrés Manuel López Obrador es vender los cachitos antes del sorteo del 15 de septiembre, ya que hasta el momento solamente se ha vendido el 25% de los boletos.
Esta preocupación no es nueva. Un ‘previsor’ fraguó el Plan “B” a medida que en Palacio Nacional se tronaban los dedos por la persistencia de la pandemia. Este personaje decidió hacer un guardadito de los programas sociales para no hacer quedar mal al jefe en esta mega ocurrencia, la más ridícula de todas ¡y vaya que sobra material..!
Para tales efectos encontró que al acelerar la pandemia en marzo, la venta de cachitos se vendría abajo irremediablemente por las medidas sanitarias, por lo tanto aumentaba la probabilidad de que el presidente quedara mal con el sorteo, además de los golpes a corto plazo en la economía doméstica que harían aún más difícil llega a la meta.
En un principio se habló de otorgar parte de la beca para jóvenes y ayuda a adultos mayores con boletos del sorteo, sin embargo, se filtró la idea de la oficina de la Secretaria de Bienestar María Luisa Albores, así que se decidió por ‘morder’ el programa Sembrando Vida.
La decisión provocó que el 2 de marzo intentara renunciar el Subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional, Javier May Rodríguez, encargado de Sembrando Vida, ya que podría ser el chivo expiatorio en una filtración documentada, a pesar de la disposición de la Secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval para tapar todas las mañas que lleven la bendición “del de más arriba”, como dice Andrés Manuel.
Para trama del desvío de 500 pesos mensuales de cada beneficiario del programa había que poner de acuerdo al Secretario de Hacienda Arturo Herrera, cosa que nadie se atrevió a plantear. Los boletos serían repartidos en sectores de la población por presuntas empresas mecenas que exigían anonimato. Bondad pura, pues.
“Casualmente” el presidente empezó a manejar la idea, con insistencia, en las conferencias mañaneras, de que empresarios que pedían el anonimato harían compras masivas de boletos que irían a para a manos de sus empleados y en población en general.
Esa misma narrativa utilizó en la conferencia mañanera el presidente este lunes, con el fondo del Avión Presidencial José María Morelos y Pavón, al señalar que existían esos ‘mecenas’ anónimos, listos para “ayudar a comprar los cachitos”. En el conflicto de la Secretaría de Bienestar en marzo, el presidente apaciguó a Javier May y simplemente bajó el perfil.
Albores se encargó de lo que podemos llamar “Operación Rescate Sorteo Presidencial”. Todo iba de acuerdo al guión, hasta que el Coneval encontró que de los 5 mil pesos mensuales que se le da a cada beneficiario, se les descuentan 250 pesos para un “supuesto” ahorro del campesino y otros 250 pesos para un «Fondo de Bienestar», que es un fideicomiso privado cuya presunta finalidad es apoyar los medios de producción y de vida familiar.
Esto es, de los 5 mil pesos mensuales, se desvían 500 pesos mensuales que del total del presupuesto asignado sería algo así como mil 500 millones de pesos. En un principio, parte de ese “guardadito” estaba destinado a la operación electoral, ya el desvió era de solamente 250 pesos, pero el monto acumulado no alcanzaba para los mil 300 millones de pesos de la venta de cachitos restantes.
Las cuentas no salían porque antes de abril el director de Lotería Nacional, Ernesto Prieto Ortega, calculó que se vendieron menos de 700 millones de los 2 mil millones como meta.
Aún con la pandemia y la quiebra de empresas, seguramente habrá algo más de venta de cachitos, pero difícilmente rebasará el 50% de la esperada, así que “el guardadito” que le quitan a los beneficiarios de Sembrando Vida podría garantizar que la farsa de sorteo del Avión Presidencial, que no rifa avión sino dinero, no haga quedar mal al presidente.