Descomplicado
Va muy adelantada la evaluación de aspirantes de Morena.
Hay dos métodos claves de calificación.
En primera instancia, la cercanía y los afectos presidenciales.
En segunda, la aceptación popular.
El filtro inicial se pasa sin problemas y los suspirantes sabrán si han recibido guiños, felicitaciones o mensajes más específicos.
Deben considerarse candidatos naturales.
Los demás no.
Al margen de sus posibilidades, ninguno de ellos es omiso.
Todos intentan darse a notar con declaraciones estridentes o, si son legisladores, con iniciativas gratas al poder… en espera de no ser descalificadas.
La mejor forma es patrocinar estudios demoscópicos para hacerlos llegar a la voluntad única con la esperanza de ser valorados.
Sólo que hay otras encuestas y ahí está su suerte.
DURAZO, MONREAL… ¿AMÍLCAR?
Hemos entrado al mes definitivo.
Las decisiones principales, 15 para las gubernaturas, se tomarán a final de mes y se instrumentarán en octubre y noviembre.
Algunos no tienen objeción.
Demos dos:
Alfonso Durazo Montaño está listo para dejar la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a fines de octubre.
Hay una razón: el calendario de Sonora lo obliga a estar sin cargo público en noviembre y, además, ya tiene operadores en la entidad de una gobernadora bien evaluada, Claudia Pavlovich.
Tiempo habrá para hablar con amplitud de su caso.
Otro candidato sin obstáculo es David Monreal, quien suma una larga carrera local y federal con un trabajo de base para incrementar su aceptación.
Va con mucha fortuna: hoy no tiene un opositor de peso como fue el priísta Miguel Alonso Reyes, quien lo derrotó en su primer intento.
Distinto es el caso de Félix Salgado y Adela Román en Guerrero.
Los dos están marcados por el escándalo y el historial cuenta, sobre todo cuando se intenta dar imagen de un cambio político.
Ahí surge la opción de Amílcar Sandoval, quien comenzó el sexenio de superdelegadocon algunos problemas -sobre todo desabasto de fertilizantes-, pero se ha aplicado y es una de sus valoraciones.
Su imagen mejora a ojos de ya saben quién, pero deberá marcar distancia de su hermana, la secretaria Irma Eréndira Sandoval, y su cuñado John Ackerman.
Usted sabe por qué.
LAS CUENTAS MAL CUADRADAS
En todos los estados se han iniciado varios ejercicios y hay mucho desánimo.
No les salen las cuentas.
Aunque desde la Ciudad de México se asegure entrega oportuna y baja reducción de participaciones para el año próximo, todos los gobiernos locales tienen problemas.
Algunos secretarios de finanzas se ven en la necesidad de ajustar sus previsiones de gasto hasta en 30 por ciento, justo cuando más necesitan recursos para la reactivación.
Hay lugares, como Michoacán, donde la administración de Silvano Aureoles tendrá 65 mil millones de pesos menos en relación al 2020.
Es decir, su gasto rondará al de 2018 cuando, según el discurso federal, era otro sexenio y el neoliberalismo masacraba a la república con su explotación del mercado.
Es el panorama general de las 32 entidades federativas, cuyas autoridades buscan acercamientos en la Cámara de Diputados para no ser tan castigados con las asignaciones del año próximo.