Se despide Nuria Diosdado, leyenda de la natación artística en México
GUADALAJARA, Jal,. 2 de octubre de 2020.- El 2 de octubre no se olvida, pues un día como hoy, pero de 1988, se logró una de las hazañas más importantes del deporte mexicano en unos Juegos Olímpicos gracias al boxeador Mario González Lugo, quien ganó la medalla de bronce en peso mosca cayendo ante el alemán Andreas Tews.
Su primer acercamiento al mundo de los puños fue a los 11 años cuando se encontraba cursando la secundaria, siendo su padre Guillermo quien le propusiese que se dedicara al boxeo, pues no solo él, sino varias personas le indicaban que le veían condiciones para esa disciplina. Aunque al principio no le llamó la atención el box, siempre estuvo ligado al deporte, siendo el futbol la actividad elegida, jugando en las calles, ya comenzaba a dar avisos de ser púgil, cuando en las broncas demostraba su buena pegada.
Es en 1985 que ingresa al Centro Deportivo Olímpico Mexicano, avalado entonces por el presidente de la Federación Mexicana de Boxeo Amateur, Raúl Ratón Macías, quien lo acogió a prueba por un mes. Para 1987 participa en torneos de alto calibre como el Química Halle, en la entonces República Democrática de Alemania: el Centro americano y del Caribe de Costa Rica, en la batalla de Carabobo, el Internacional de Colombia, el Simón Bolivar venezolano y el Guante de Oro guatemalteco.
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