Abre convocatoria al premio de Pesca y Acuacultura Ejemplar
MÉRIDA, Yuc., 23 de noviembre de 2020.- “Yo creo que el cáñamo tiene grandes posibilidades en Yucatán, el clima es propicio, la tierra es propicia y tenemos una mano de obra que está ansiosa por que le demos la oportunidad de proyectos que le dejen dinero”, opinó el senador yucateco, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Tras la toma de protesta del nuevo Comité Ejecutivo Municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Mérida, el legislador federal que recientemente votó a favor de la despenalización de la marihuana, aseguró que es viable que esta planta tenga aceptación como cultivo en el Estado, para impulsar la economía y financiar tratamientos de rehabilitación.
Comparó la situación actual de la marihuana con la ley seca, pues aseguró que aún con la prohibición, la población yucateca siguió consumiendo bebidas embriagantes que compraba en lugares carentes de control sanitario, reglas, horarios o límites.
“Lo mismo pasa con la cannabis, salir a buscar cannabis al mercado ilegal sigue arriesgando a nuestros jóvenes a estar en contacto con drogas mucho más peligrosas, mucho más adictivas”.
Agregó que como resultado de la cultura de la prohibición, en México hay una población de 18 mil personas encarceladas por ser adictas, debido a que los gobiernos no han querido invertir en la prevención y rehabilitación de las adicciones, por lo que presentó una propuesta para financiar programas y tratamientos con lo recaudado a través de la venta de marihuana.
“Con la cannabis legal, también creamos la obligación para el gobierno, y esta fue una propuesta mía que aceptó Morena, un programa permanente contra y para el tratamiento de las adicciones (…) lo que esperamos es que se fondee con los recursos que salgan de esta venta legal de cannabis, que hoy todos esos recursos se van al crimen organizado”.
Ramírez Marín añadió que debido a la ilegalidad de la planta, en el país no se podía investigar ni producir mariguana con fines medicinales, lo que impedía a las familias mexicanas acceder a tratamientos alternativos: “abrimos por un lado la posibilidad de que a los niños con cáncer y con epilepsia, se den tratamientos con cannabis, pero la tenían que importar porque en México no se produce, como si no tuviéramos aquí cannabis”.
Abundó que esta visión también despreciaba al cáñamo como una materia prima que podría industrializarse y traer beneficios al campo yucateco: “yo tengo muchas expectativas en particular para Yucatán, de siembra de cáñamo a través de los ejidos o de organizaciones sociales, porque está demostrando que es una planta que está creando una revolución en materia textil, de aceites y muchas cosas medicinales”.
Aunque admitió que el uso regular y recreativo de marihuana afecta a la salud del consumidor, ahora la población tendrá la libertad de decidir sobre su uso, en un panorama fuera de la ilegalidad.
“¿Es la gran solución? no, las adicciones no son solución, pero combatir las adicciones es mucho más que un discurso, hay que poner dinero y políticas públicas en todos los niveles, desde los ayuntamientos, hasta el gobierno federal”.