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MÉRIDA, Yuc., 1 de febrero de 2024.- K’ÁAX, que significa monte en lengua maya, es un espacio natural cuya importancia ha sido, es y será fundamental para los pueblos indígenas, que lo conciben como un área física que cobija especies, fauna y flora, que está determinado por elementos como la situación geográfica, el clima, en otros aspectos, afirmó Mirna Rubí Aguiar Paz, científica del Centro de Investigación Regional Dr. Hideyo Noguchi (CIR) de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
“El monte es mucho más que eso, para acercarnos al conocimiento y compresión del monte es necesario mencionar que ese espacio que nosotros vemos como un lugar lleno de árboles y de arbustos es en realidad un mundo que, desde el pensamiento de los pobladores de las comunidades originarias de la península de Yucatán, es el universo maya”, recalcó.
La maestra en Ciencias Antropológicas impartió la conferencia “K´ÁAX: su importancia, y sus secretos en tierras del Mayab” en el Auditorio Jorge Zavala Velázquez del CIR-UADY, donde reiteró que el Monte es un espacio físico natural y tangible donde el ser humano es parte del entorno, al igual que los otros elementos que los constituyen, pero también es un lugar donde se pervive con otros seres, no tangibles a los ojos, pero que son de gran importancia e incluso definen prácticas de culto y las actividades cotidianas en las zonas rurales.
En ese sentido, mencionó que el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, relata que un gran huracán vino del cielo, inundó la tierra y de ahí surgieron los árboles, las plantas, los animales, las cuevas y todo lo que se ve alrededor, es decir, las fuerzas creadoras de lo existente, pero también son las que destruyen.
Así mismo, relató su encuentro con Don Asterio Chi, poblador y fundador de la Comunidad de Nuevo Xcán, en Quintana Roo, quien compartió sus conocimientos acerca de los aspectos de la creación del Monte y lo que es necesario saber y respetar cuando uno suele caminar por los entornos de los pueblos.
“Por eso nosotros hacemos nuestra milpa y tenemos que pedir permiso a los dueños de los montes y cuando llega el tiempo de la cosecha ofrecemos lo que la milpa no da para que sobrevivamos, pero hacemos la primicia y luego agarramos lo que servirá para nosotros”, abundó.
La investigadora explicó que, en el Popol Vuh, la creación se describe perfectamente como la aparición de los demás elementos que conforman el universo maya, y entre éstos la naturaleza tiene límites, y en los relatos sobre la vivencia en los montes se puede percibir claramente.
Uno de los más conocidos, narró, si vas al monte y tiras muchos venados muy probablemente te encuentres con el “Rey de los Venados”, un ciervo gigante que se aparecerá para reclamarte que estas acabando con estos animales.
Otro de estos relatos, dijo, si vas caminando por el monte y sientes que alguien te va siguiendo, volteas la mirada y no ves nada, pero te chiflan o te tiran piedras, esos son los aluxes, son los cuidadores del Monte, si tu agarras algo de ahí, ellos te harán bromas o incluso podrían hacer que te enfermes.
“Estos testimonios son tan ricos en información que podríamos llevarnos mucho más tiempo reproduciéndolos y compartiendo las anécdotas que nuestros contemporáneos mayas tienen para compartir”, resaltó.
Por último, la antropóloga puso énfasis en la importancia del Monte y lo complejo y profundo que significa el vocablo K´ÁAX, porque mientras quienes estudian estos temas se preocupan por dar definiciones, “los pobladores de las comunidades nos remiten a considerar que la cultura y el universo maya están plagados de elementos simbólicos, lo cual nos obliga a valorar la riqueza que los saberes mayas nos ofrecen, en el acercamiento a la compresión de su espacio.