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MÉRIDA, Yuc. 27 de marzo de 2025.- Durante la presentación del libro “Ciudades Futuras”, la arquitecta Yolanda Fernández Martínez expuso la necesidad de repensar la planeación urbana ante los desafíos actuales de Mérida, desde la expansión desmedida hasta la gentrificación y el abandono de colonias céntricas.
De acuerdo con Fernández Martínez, la vivienda vertical es ya una alternativa visible ante la falta de espacio para el crecimiento horizontal, especialmente dentro del Anillo Periférico. No obstante, destacó que el verdadero reto está en repensar el interior de la ciudad, donde muchas colonias cuentan con infraestructura, equipamiento, parques y vialidades, pero están siendo abandonadas.
“Hay barrios que lo tienen todo, incluso valores intangibles como su historia y patrimonio. Sin embargo, se están despoblando”, puntualizó.
Entre los factores que propician este fenómeno, mencionó el alto costo del mantenimiento de viviendas antiguas, el desinterés generacional por habitar en ellas, los problemas de sucesiones intestadas y la creciente presión comercial que relega el uso habitacional.
“Creo que sería necesario realizar análisis específicos por colonia para comprender sus dinámicas y diseñar estrategias diferenciadas que hagan retornar a los ciudadanos a estos espacios”, indicó
Fernández Martínez subrayó que la vivienda debe seguir siendo un uso prioritario en la ciudad, ya que fomenta la vida comunitaria y el dinamismo urbano. En contraste, zonas dominadas únicamente por el comercio pierden vitalidad fuera del horario laboral.
La autora también abordó el fenómeno de la gentrificación, especialmente en el centro histórico, impulsado por la llegada de extranjeros.
“Se están valorando elementos patrimoniales que a veces nosotros mismos no reconocemos”, comentó, haciendo un llamado a recuperar el sentido de pertenencia y a implementar políticas públicas que protejan estos espacios.
En cuanto a los retos ambientales, destacó el impacto de la urbanización sobre la sostenibilidad, la movilidad y el acceso a recursos como el agua. En este contexto, advirtió que para el año 2050, siete de cada diez personas vivirán en ciudades, lo que incrementará la presión sobre los entornos urbanos.
“La planeación tradicional se basa en extender lo que ya conocemos, pero el futuro no es lineal. Con la prospectiva urbana, planteamos escenarios alternativos para tomar decisiones más informadas y resilientes”, concluyó.
Finalmente, explicó que su libro propone una metodología basada en el pensamiento de futuros, que no busca predecir lo que pasará, sino explorar múltiples escenarios posibles. Para ello, integra herramientas prospectivas con dos variables clave: la alta plusvalía del norte de la ciudad por la concentración de vivienda vertical, y la disponibilidad de agua en la Reserva Cuxtal.