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GUADALAJARA, Jal., 6 de agosto de 2021.- Guillermo Ochoa llegó al grupo como uno de los tres refuerzos mayores de edad y cumplió con lo que de él se esperaba. El portero fue pieza importante para la obtención de la presea de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Luego de vencer a Japón por 3-1 para asegurar su lugar en el podio, el guardameta aseguró que no quería volver a casa con las manos vacías y ahora lo hará con una medalla que es para toda la vida.
“Sí, sobre todo porque quería llevar una medalla, no quería regresar con las manos vacías, no quería regresar a mi casa con las manos vacía. Quería que mi esposa, mis papás, mis hijos cargaran a medalla, que la conocieran y la vieran. Fue mucho sacrificio, mucho estar lejos de la familia, muchos días sin descanso. Fuimos de las primeras selecciones que llegamos a Japón y nos propusimos ser de los últimos en irnos, lo conseguimos. Es una medalla para mi familia porque son los que sufrieron el partido pasado, sufren más que nosotros, la afición mexicana también se lo merece”, explicó.
“Siempre trato de dar lo mejor para mi país, cada torneo que pueda jugar. A veces el futbol no te recompensa de la forma que crees que mereces, pero no por eso hay que bajar los brazos. Hay que luchar, es una medalla que nos llevamos en el corazón, que se queda en la historia de Mexico, que es para toda la vida. Cuando tus hijos crezcan, que sepan que su papá es medallista olímpico es algo muy bonito”, añadió el conmovido Guillermo Ochoa, tras la victoria de la madrugada de este viernes.
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