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MORELIA, Mich., 21 de agosto de 2024.- Cada paso que damos en la vida, aprendemos, crecemos de lo que vivimos y a veces los momentos difíciles nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos y saber quiénes somos o quienes pretendemos ser.
El hecho de vivir es un acto de valentía, un regalo que no debemos pasar por alto y abrazar cada día con gratitud, como lo ha hecho el arquero michoacano Samuel Molina, quien regresa a la cita con el paralimpismo en París 2024.
Nació en una zona rural de Michoacán, su vida cambió drásticamente cuando un accidente le impidió usar sus piernas y tuvo que usar silla de ruedas, una situación difícil para él donde la depresión se apoderó de su ser, pero el deporte y la rehabilitación le dio una nueva vida y se encontró él mismo. Para Samuel fue amor a primera vista el paratiro con arco, su motivación principal para seguir adelante, no caer en la depresión y vio una posibilidad de crecer en muchos aspectos.
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