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MÉRIDA, Yuc. 21 de octubre de 2022.-Durante estas fechas de mediados y finales de octubre, se llevan a cabo los FISU America Games, una competencia que reúne a gran cantidad de atletas de distintas universidades de países como México, Chile, Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica, El Salvador, entre otros. Dentro de los FISU se encuentran deportes como fútbol, voleibol, baloncesto, tiro con arco, pero también se encuentra una disciplina que para mucha gente podría no ser un deporte: el ajedrez.
Tal vez la falta de un esfuerzo físico que sea notoriamente evidente, a diferencia de otros ejercicios, sea lo que ponga en duda la condición del ajedrez como deporte para muchas personas. Pero la realidad es que es un deporte, no sólo en la parte mental sino también en lo físico. Daniel Carvajal, universitario ajedrecista que representa a Costa Rica, explica esto más a detalle: “en el ajedrez las partidas pueden durar horas y horas, y estar tanto tiempo en una sola posición es tan desgastante para el cuerpo como jugar un partido de fútbol”. Y eso sin contar el constante esfuerzo mental que exige una partida de ajedrez, aspecto que también repercute directamente en el cuerpo.
Pero, pese a todo, y como todos los deportes, el ajedrez ayuda no solamente al desarrollo de mente y cuerpo. Los beneficios del juego se extienden a otras áreas de la vida tanto personal como profesional, e inclusive a otras disciplinas. Al respecto, Natalia Lobo, ajedrecista costarricense, comenta: “me encantan las distintas formas en las que se puede apreciar [el ajedrez], desde arte, deporte, juego de mesa, forma de distraerse, hacer amigos. La forma en que yo lo veo es de despeje y al mismo tiempo de concentración para balancearlo todo con la vida diaria”. Las ventajas del ajedrez como herramienta para el crecimiento de una persona, como menciona Natalia, son reafirmadas por Marina Lima, ajedrecista de Brasil: “el ajedrez me ha hecho concentrarme más y hacer nuevas amistades. Antes del ajedrez yo era una persona muy tímida pero después sentí que podía ser yo misma”.
Por otro lado, es importante mencionar los aspectos que son nutridos por una competencia del nivel de los FISU, que ayudan a los atletas a medirse en términos de nivel, ganar experiencia y aprendizaje y también a hacer amistades y estrechar lazos, siendo esto último tal vez lo más importante. Estos aspectos son los más importantes para los delegados y entrenadores, que son quienes acompañan a los estudiantes a lo largo del viaje y cuentan con una perspectiva diferente, alejada de la presión de tener que competir.
Gustavo Salinas, entrenador de la Universidad de Sonsonate, ubicada en El Salvador, retoma el tema del ajedrez como un deporte subestimado: “el cerebro durante el ajedrez trabaja mucho y eso beneficia para el estudio, son cosas muy propias del ajedrez, que cualquiera puede decir ‘es un tablero, son unas fichitas’ y la verdad es que al final es impresionante que está haciendo trabajar parte de nuestro cerebro”.
Por su parte, Sandra Soto, de la Universidad EAFIT, localizada en Medellín, Colombia, resalta los beneficios de eventos deportivos internacionales, declarando que lo que espera de la competencia es que “buscamos que no se les olvide [la experiencia], que sea algo para la vida y es parte de la formación integral”, y que estos espacios son espacios de “aprendizaje y experiencia”. Todas estas cosas van
más allá del deporte, y ayudan al crecimiento no sólo del deportista sino también del futuro profesional.
Así, lo que para muchos puede ser un simple juego de mesa, para muchas otras personas es un deporte en toda la extensión de la palabra, con el desgaste y esfuerzo que conlleva. Un deporte que, como todos, brinda oportunidades para conocer otros países, otras personas y alimentar cuerpo y espíritu con aprendizajes para la vida presente y futura y para conocer y hacer amistades con las que se comparte la pasión por el ajedrez.