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MÉRIDA, Yuc., 5 de octubre de 2023.- Este jueves 5 de octubre, se conmemora el Día Mundial de las y los Docentes, y sin duda la docencia es uno de los pilares fundamentales en la construcción de la sociedad y ha ido evolucionando para adaptarse a los tiempos y necesidades de las y los estudiantes.
La profesora Luisa Romero lleva 30 años como docente, en ese tiempo muchas cosas han pasado y afirma, las aulas ya no son las mismas que cuando inició, y las necesidades e inquietudes de las y los estudiantes tampoco.
“Cuando yo inicié, los mayores problemas eran que alguien le sacó la lengua a otro, le quitó un color, o se burlaban de algo, era todo muy sencillo, ahora no hay tiempo para distracciones y hay que estar atento a los retos de Tik Tok, de Instagram, de Facebook, el bullying, los temas de género y sexo, porque sí, si lo preguntan”, señaló la docente.
Recalca que no está en contra de la tecnología, por el contrario, es una herramienta muy útil para muchas cosas y que facilita la vida, pero que afirma, debe ser usada con cuidado, pues es como darle un revólver a un niño y sin seguro.
“El internet para la docencia es un arma muy importante, durante la pandemia lo vimos, no sé qué hubiéramos hecho si no existiera, sin embargo, también es un reto para la enseñanza y para quienes enseñamos, porque ya no somos los únicos a quienes los niños acuden a preguntar, antes cualquier duda era con nosotros y matizábamos la respuesta para que entendieran, ahora solo lo buscan en internet y encuentran mil respuestas, no siempre las más adecuadas”.
Señala que la enseñanza ha evolucionado favorablemente desde su perspectiva y ahora en la educación se integran cosas que antes eran impensables, como la sexualidad propia y de la diversidad, los temas de perspectiva de género, y ambientales.
“Me parece muy atinado que ahora desde pequeños sepan que hay parejas de dos papás, dos mamás y gente que se siente o identifica diferente, pero sobre todo que aprendan a respetar esas diferencias, que las niñas crezcan sabedoras de que pueden lograr todo y su destino no solo es casarse y tener hijos me parece profundamente fuerte”.
Con 30 años de ser docente, con los altibajos que eso conlleva, no se arrepiente de haber elegido ese camino, y que considera una gran irresponsabilidad entrar a un aula y pararse frente a un grupo sin la consciencia de que lo que se les transmita a las y los niños marcará no solo su vida, también de quienes les rodean.
“La docencia a evolucionado sí, los niños y niñas también, lo que no cambia es la vocación de enseñar, de contribuir a formar buenas personas, porque sí, los maestros junto con los padres somos responsables de la formación de buenos seres humanos, y para esto debemos evolucionar como profesionales y como personas, adaptarnos a los nuevos tiempos, y ayudar a quienes están en las aulas a que evoluciones también”.