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Dzidzantún, Yuc., 3 de febrero de 2024.- El nombre de la maestra Zizi Tamayo Sobrino, se escribe con letras de oro en su natal Dzidzantún y en todo Yucatán. Su historia como maestra es un ejemplo de amor y vocación, que empezó a escribirse un 2 de septiembre de 1951 cuando egresó de la Escuela Normal “Rodolfo Méndez de la Peña”, e inmediatamente inició su labor como docente en el lugar que la vio nacer, crecer y en donde reforzó su propósito a favor de la educación de cientos de niñas y niños que se formaron en sus aulas.
Teniendo como rectoras, la disciplina, el esfuerzo y el compromiso la maestra Zizi se desempeñó como docente, directora y supervisora por más de siete décadas, impactando en un número incalculable de niñas, niños, profesores, madres y padres de familia.
De padre comerciante y madre dedicada al hogar, Tamayo Sobrino, aprendió los valores fundamentales que le servirían de base en la formación de un destacable número de generaciones, y en donde a través de 72 años de servicio a la educación, reafirmó el importante papel que ocupan las y los docentes en las comunidades.
De mi papá aprendí la importancia de valorar el trabajo, respetarlo, ser leal y honrarlo, ya que como maestra mi responsabilidad era mayor, al tener a cientos de niñas y niños que me veían como ejemplo; de este modo me enfoqué en brindarles valores fundamentales para su vida cotidiana, para construir hombres y mujeres de bien, dijo.
Compartiendo diversos aspectos de su amplia trayectoria, resaltó su llegada a la escuela “Mauro López” en el municipio de Mocochá, donde con visible emoción, recordó que el maestro Hernán Morales, director del Departamento de Educación en turno, le dio la encomienda que marcaría el propósito de su profesión.
Cuando me comisionaron para aumentar la matrícula escolar de la escuela “Mauro López”, nunca me imaginé que sería uno de los retos más importantes de mi vida, ahí puse en práctica todos mis conocimientos adquiridos en la Escuela Normal y los valores que me inculcaron en casa, señaló.
La dedicación y profesionalismo la llevó, a aumentar el número de alumnos de 10 a 90, implementando estrategias como clases de Educación Artística, Educación Física, instrumentales y culturales que llamaron la atención de madres y padre familia, logrando un acercamiento a la escuela del municipio.
En sus 72 años de servicio aplicó los mismos principios y visión que con éxito desempeñó durante 16 años como docente, 20 como directora y 36 como supervisora, siendo esta la última función que ejerció hasta su jubilación el día 16 de diciembre del 2023.
Estoy orgullosa de haber cumplido con la formación de niñas y niños, a quienes hoy veo realizados en doctores, sacerdotes y abogados. Lo que más satisfacción me da es ver a quienes fueron mis alumnos y alumnas convertidos en profesores, diciéndome que fui su inspiración para esta noble profesión, mencionó.
Con lágrimas en los ojos expresó su sentir al tener que jubilarse por motivos de salud, dejando un gran legado en cada uno de los centros educativos que prestó sus servicios, ya que, hasta hace un poco más de un mes, la maestra Zizi continuaba con su labor como supervisora de Mérida de la zona 1, y la edad de 93 años no fue impedimento para hacer lo que a ella más le gustaba y a lo que le dedicó más de setenta años.
Me retiro con la frente en alto, orgullosa de todo lo que he dedicado en más de setenta años de mi vida a la educación. Es una satisfacción haber cumplido con mi propósito desde el primer día que entré en un aula, enseñar con amor, respeto y honestidad. Hoy cedo el paso a la nueva generación de maestras y maestros que, al igual que yo, transformarán la vida de sus alumnas y alumnos, concluyó.
Hoy en día, la maestra Zizi Tamayo Sobrino representa una fuente de orgullo y gratitud para su familia, quienes fueron su principal inspiración a lo largo de sus años de servicio. Rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos, expresó con satisfacción haber cumplido con su misión en el ámbito educativo.