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CARACAS, Ven., 16 de julio de 2020.- La prostitución no está penada en Venezuela y aún con la pandemia, en las calles se puede ver a las trabajadoras desde el mediodía y hasta la noche sin ningún tipo de control de las autoridades policiales, que hacen labores de vigilancia cerca de las vías donde ellas operan.
A plena luz del día en las calles del norte, centro y este de Caracas, es fácil toparse con adolescentes y jóvenes que junto a mujeres adultas practican la prostitución en medio de la cuarentena, algunas con tapabocas colgados en el cuello y otras sin ningún tipo de protección contra el virus, constató The Associated Press.
Seis días antes de cumplir 21 años, Wilmari Del Valle debió tomar una crucial decisión empujada por la crisis que se ha exacerbado durante la pandemia del Coronavirus y la urgente necesidad de mantener a su bebé de dos meses. El 20 de mayo lo recuerda aún más que su cumpleaños, pues fue el día en que salió por primera vez a las calles de Caracas a trabajar como prostituta.
Mientras aguarda en la esquina de una desolada avenida del norte de la capital, Wilmari admitió que no ha logrado adaptarse a la nueva actividad que ejerce desde hace un par de semanas, pero aseguró que “lo tuve que hacer porque no tuve otra opción”.
La delgada joven, de tez morena y estatura media, dijo que tras salir de la cárcel el 7 de abril, luego de pasar varios meses detenida por consumo de drogas, quedó en la calle y sin ingresos porque su madre la botó de su casa y el padre de su hijo está en prisión.
Explicó que la posibilidad de conseguir algún empleo se le cerró debido a sus antecedentes penales y al hecho de que la mayoría de las empresas están paralizadas por la cuarentena.
“Tengo una situación tan grave que estoy sobreviviendo con lo poco que hago aquí”, indicó la joven. “Mientras que mi bebé tenga crema de arroz, leche, para mí está bien”, añadió.
Protegida con un tapabocas de tela roja, que le cubría el mentón y parte del cuello, Wilmari reconoció que temía contagiarse de Coronavirus mientras ofrecía sus servicios, pero insistió en que prefería arriesgarse porque “mi hijo lo necesita. Si yo no salgo, quién lo va ayudar”.
Su caso no es aislado, ya que durante la crisis agravada por efecto de la depresión mundial desatada por la pandemia se han multiplicado los reportes de prostitución, especialmente entre niñas y jóvenes, de acuerdo con las evaluaciones de dependencias de Naciones Unidas, estudios de campo y denuncias recibidas por siete organizaciones humanitarias locales consultadas por la AP.
A pesar de ser un problema de envergadura, algunos de los activistas consultados se quejaron de que el Ministerio de Salud no suministra desde hace varios años cifras sobre las trabajadoras sexuales y aseguraron que deben trabajar “a ciegas”. Las estadísticas oficiales que se tienen datan de 1997 y refieren que en aquel entonces había 371 mil trabajadoras sexuales en el país.
La hermana Maritza Fernández, de la congregación de religiosas adoratrices que mantienen programas de atención a trabajadoras sexuales, en varias ciudades de Venezuela y otros países de Latinoamérica, Europa y Asia, afirmó que durante esta crisis “ha aumentado” el número de personas que se dedican a la prostitución porque todo está cerrado, causando la falta de empleo y por ende, la escasez económica.
La religiosa indicó que por contactos que mantiene con una treintena de trabajadoras sexuales que visitan semanalmente la congregación, en el este de Caracas, y entrevistas que realizaron en el centro de la ciudad, encontraron que una porción de ellas eran menores de edad y otras se encontraban en actividades de prostitución junto a sus hijas, de entre ocho y 12 años.
Al referirse al impacto de la crisis entre las mujeres venezolanas, el representante del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) en Venezuela, Jorge González Caro, afirmó que la organización encendió las “alertas” por el aumento de casos de feminicidio en medio de la cuarentena.
González Caro dijo que la crisis ha generado un “número muy importante” de movilizaciones internas y migratorias, y que en medio de ese proceso se ha incrementado el riesgo para las mujeres y niñas venezolanas de “ser captadas por redes de tráfico de mujeres, de explotación sexual” y de ser “sometidas a situaciones de cambio de sexo por alimentos u otros favores”.
El director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Marcos Espinal, expresó que las trabajadoras sexuales “se encuentran entre las más vulnerables” al impacto económico del Coronavirus.
De acuerdo con las cifras que maneja la OPS en la región y dependiendo del país, se estima que entre el 1 y el 5 por ciento de la población adulta de mujeres laboran como trabajadoras sexuales, según estimaciones de ONUSIDA.
Desde el inicio de su contingencia sanitaria, según cifras oficiales el avance del Coronavirus en Venezuela hasta el momento ha dejado más de 10 mil contagiados y 96 fallecidos en todo el país.