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Destaca élite de Sedena en Reto SWAT 2025 ante equipos de 46 países
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de junio de 2020. — El ambiente creado por la narrativa del presidente Trump es inconveniente y poco propicio para generar consensos en Estados Unidos. El asesinato de George Floyd en medio de la pandemia y el clima electoral evidencia aún más la crisis sociopolítica por la que atraviesa un personaje que, lejos de fungir como un líder conciliador, exacerba con su discurso el comportamiento racista de un pueblo que encuentra en los cuerpos policiacos el cómplice más prometedor.
“Hay que ver, por ejemplo, los gestos nazis supremacistas que están haciendo los policías en las más de 39 ciudades o poblados de Estados Unidos que están viviendo en este momento el levantamiento, para darse una idea de lo permisivo que resulta para muchos de estos miembros de los cuerpos policíacos, portarse de una forma despectiva en contra de los afroestadounidenses”, sostiene José Luis Valdés, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, en un comunicado.
Este comportamiento supone que, el enojo social que se motiva a raíz del asesinato de Floyd, se da en un contexto de crisis económica que impactará directamente en la política y en las elecciones próximas a celebrarse. Algo debe de significar que el Servicio Secreto haya resguardado a Trump en el búnker de la Casa Blanca.
“Está acorralado por su propia retórica, por sí mismo. Es un sujeto que está cumpliendo la máxima del poeta que decía que el hombre es el único animal que mata lo que más ama, y él lo que más ama en este momento es el poder. Estamos presenciando probablemente el principio del fin de una presidencia, que desde el principio -para mi gusto-, se convirtió en una anomalía democrática”.
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