Aplaza juez indefinidamente sentencia de Trump por caso de Stormy Daniels
MÉRIDA, Yuc., 15 de septiembre de 2020 .- El uso ilícito de la fuerza policíaca contra los informadores que reportan durante las manifestaciones se ha incrementado de manera alarmante, revela un informe de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que monitorea las agresiones a los periodistas.
Durante el último lustro se han multiplicado en el mundo las agresiones de las fuerzas policíacas y de seguridad contra los periodistas que cubren las manifestaciones de protesta, afirmó este lunes la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El informe Seguridad de los periodistas que cubren protestas, divulgado hoy, destaca que sólo en la primera mitad de 2020 las fuerzas públicas violaron la libertad de prensa en 21 ocasiones, atacando e incluso deteniendo o asesinando a periodistas que reportaban sobre movilizaciones en distintos países.
Cientos de periodistas fueron acosados, golpeados, intimidados, arrestados, vigilados y secuestrados en todo el mundo, además de haber sufrido la destrucción de sus equipos, mientras intentaban cubrir protestas.
Otros fueron incomunicados, humillados, asfixiados y recibieron disparos, tanto de munición no letal como de munición viva. Desde 2015, al menos 10 periodistas fueron asesinados mientras cubrían protestas, según la Unesco, cuya Directora General ha denunciado sus asesinatos.
Si bien, el informe destaca que en los últimos años se ha desatado una ola de protestas alrededor del mundo. La manera de llamar a estos eventos masivos despierta cierta controversia, como puede apreciarse cuando se escuchan expresiones como “disturbios”, “agitación social”, “desobediencia civil” y otros, muchas veces atribuidas a estos acontecimientos. Junto con estas protestas se ha dado una escalada notable de ataques contra la prensa.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, recordó que la libertad de informar a los ciudadanos sobre las causas sobre las causas de los disturbios y la respuesta de las autoridades estatales son de vital importancia para que las democracias prosperen.
“La tarea de los periodistas es esencial para informar y dar a conocer al público los movimientos de protesta”.
De acuerdo la gráfica señalada por el el informe, los principales motivos por los que inician las protestas fueron incentivadas por condiciones económicas tales como, en algunos casos, la creciente desigualdad y la reducción de salarios y beneficios, además del acceso a los servicios.
Otras fueron motivadas por acusaciones de corrupción y mala gestión de las autoridades locales, regionales o nacionales. Incluso otras se destacaron en respuesta a lo que los manifestantes entienden que es un patrón de uso excesivo de la fuerza, que incluye el uso de violencia letal por parte de la policía y otras fuerzas de seguridad contra civiles, en especial contra las minorías.
En otras regiones, las manifestaciones se originaron en respuesta a la restricción de las libertades políticas y lo que los manifestantes han identificado como el camino hacia un régimen autoritario. Algunas protestas parecen estar orquestadas por personas que usan identidades engañosas y en varias hay agentes provocadores.
Audrey Azoulay añadió que, desde hace muchos años la organización trabaja para sensibilizar a la opinión pública mundial con el propósito de que los periodistas desempeñen su crucial labor con seguridad y sin temor a la persecución.
“Sin embargo, las cifras de este informe muestran que hacen falta mayores esfuerzos, por lo que instamos a la comunidad internacional y a las autoridades competentes a garantizar el respeto de estos derechos fundamentales”, acotó.
Según el estudio, la tendencia al alza de los embates contra profesionales de la información cubriendo movilizaciones se pronunció en los cinco años pasados. En 2015, se obstaculizó hasta en 15 ocasiones el trabajo de periodistas que estaban cubriendo protestas. En 2019, este número se duplicó llegando a 32.