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MÉRIDA, Yuc., 3 de diciembre de 2020.- La recta final de la presidencia de Donald Trump ha tomado un giro horrible, incluso peligroso, pues han aumentado las amenazas de muerte y los funcionarios electorales se han visto obligados a esconderse.
El abogado de la campaña del presidente Trump, Joe diGenova, declaró públicamente que un funcionario federal que defendió la integridad del proceso electoral debería ser “arrastrado y descuartizado” o simplemente se le debería pegar un tiro.
Funcionarios públicos neutrales, demócratas y cada vez más republicanos que no están dispuestos a seguirle la corriente a Trump se ven envueltos en el ambiente turbio que genera el mandatario con su insistencia en que no perdió las elecciones ante Joe Biden.
“Amenazas de muerte, amenazas físicas, intimidación… es demasiado y no está bien”, dijo Gabriel Sterling, funcionario electoral republicano de Georgia que imploró a Trump que “deje de alentar a la gente a cometer potenciales actos de violencia”.
Trump respondió reiterando sus quejas sobre las elecciones y no condenó las exhortaciones a la violencia de otros.
Las últimas semanas de su presidencia, no obstante, se tornaron más tóxicas todavía a medida que estado tras estado confirma la victoria de Biden, juez tras juez rechaza las denuncias de irregularidades de Trump y su gente, lo que aumenta la frustración de sus partidarios.
“No creo que esto se acabe el 20 de enero”, expresó Eric Coomer, director de seguridad de Dominion Voting Systems, hablando desde el escondite donde se encuentra tras recibir amenazas de muerte. “Creo que seguirá por mucho tiempo”.
Mala suerte, dice el abogado de Trump Rudy Giuliani al referirse a los funcionarios estatales que temen por su seguridad.
“Ellos son los que deberían tener el valor de dar la cara”, sostuvo Giuliani el miércoles en Michigan. “Hay que recordarles que al jurar respetar la constitución se exponen a veces a ser criticados y a veces hace falta incluso amenazarlos”.
Para Coomer, los problemas empezaron cuando abogados de la campaña de Trump denunciaron falsamente que su firma había arreglado las elecciones.
Salas de chat de extrema derecha publicaron su foto, detalles de su familia y su dirección. “Casi de inmediato llegaron las primeras amenazas de muerte”, declaró el funcionario electoral.
“Es horrible”, expresó, “trabajé en elecciones en países que salían de conflictos, en los que la violencia electoral es real y hay gente asesinada. Siento que estamos cayendo en eso”.
Un exfuncionario de Seguridad Nacional, Miles Taylor, escribió anónimamente un estremecedor relato de cómo funcionaba el gobierno de Trump, tras lo cual el mandatario dijo que a este “traidor” le pasarían “cosas muy feas”. Ahora que se conoce su identidad, Taylor tiene guardaespaldas por recomendación del Servicio Secreto.
“Esto es algo sin precedentes en Estados Unidos”, dijo Taylor. “Nosotros no somos esto. Esta no es la sociedad abierta que se supone que somos”.
La intimidación de Taylor parece ser un arma efectiva para desalentar las críticas desde adentro. “Hablé con altos funcionarios que hubieran querido decir la verdad durante la campaña presidencial y muchos tenían miedo de que eso hubiera puesto a sus familias en peligro”, dijo.
La secretaria de estado de Arizona Katie Hobbs, demócrata, dijo que su familia también recibió amenazas.
La portavoz de Trump Kayleigh McEnany dijo que la Casa Blanca condena todo tipo de violencia. “Debo decir, no obstante, que se difundió información privada de los abogados del presidente”, algo que atribuyó a “organizaciones izquierdistas”.