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Al menos 20 animales que vivían maltrato han sido rescatados en Mérida
MÉRIDA, Yuc., 30 de abril de 2020.- El 30 de abril de 2010, el Parque Zoológico Bicentenario, mejor conocido como Animaya abrió sus puertas por primera vez al público para convertirse en un espacio innovador, ecológico y de sano esparcimiento familiar, que prioriza el rescate de la flora y fauna.
Construido en los terrenos de un ex tiradero a cielo abierto, el Animaya cumple este 30 abril su primera década, que ha aprovechado para convertirse en el lugar favorito de decenas de familias, por su concepto donde las personas pueden disfrutar de la interacción entre especies en recintos o praderas, dejando atrás las jaulas y generando un impacto positivo en el bienestar de los animales.
Al abrir sus puertas, el Animaya contaba con 170 animales de 32 especies, entre ellos “Nando” el tapir, considerado como el símbolo del zoológico, sin embargo, diez años después las cifras han crecido a aproximadamente 500 ejemplares de 75 especies de fauna silvestre.
Entre los atractivos que ofrece el zoológico a casi medio millón de personas que lo visitan anualmente, están sus animales, el lago con sus paseos en catamarán, las áreas verdes, la estela, el recorrido tipo Safari, la biciruta y la hermosa vista panorámica desde el mirador de 37 metros de altura.
Además, en las instalaciones del zoológico, el personal responsable ha logrado la reproducción de monos araña, guacamayas escarlata, loros de mejillas amarillas, ñus azules, antílopes de cuello negro, nilgos, flamencos, búfalos de agua, cebras de Burchell, emús, ñandús, avestruzes, cocodrilos de pantano, tortugas del desierto y recientemente el de una hipopótamo del Nilo.
Registrado por SEMARNAT en 2011 como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), Animaya ha colaborado en estos diez años con dependencias como Profepa, la Secretaría de Desarrollo Sustentable, la Fiscalía y Bomberos, entre otras.
Su labor incluye el rescate, rehabilitación y reintegración al hábitat natural de más de 600 ejemplares silvestres como boas, cocodrilos, garzas, pelícanos, tortugas, colibríes, aguilillas, lechuzas, tecolotes, serpientes, osos hormigueros, tigrillos, venados cola blanca, puerco espin tropical, tejones, mapaches, zorra gris, etc., que sufren las consecuencias de la actividad humana.
El camino recorrido no ha sido fácil, pues en sus inicios contaba con árboles recién plantados y de poca altura y sin un sistema de riego amplio para mitigar los efectos de la sequía, pero al día de hoy, el panorama es totalmente distinto, ya que cuenta con una flora que permite a los asistentes poder adentrarse en sus caminos cubiertos por las copas de los árboles y poder disfrutar de la tranquilidad del zoológico.
Hasta hoy, en el Animaya se han plantado más de 10 mil árboles de porte pequeño, mediano y grande que han transformado el viejo terreno en un pulmón verde para la ciudad. También sirve como refugio de aves silvestres, insectos, quirópteros y reptiles inofensivos.
Además, el zoológico se ha consolidado poco a poco como un centro de educación ambiental no formal, atendiendo anualmente a más de 11 mil alumnos de instituciones públicas y privadas tanto del Municipio de Mérida, del interior y de otros estados que acuden a este espacio de convivencia con la naturaleza para reforzar el aprendizaje en el aula a través de experiencias significativas.
En sus 10 años de vida, Animaya ha contribuido en la formación de más de 200 estudiantes de biología, medicina veterinaria, técnicos agropecuarios y agroecólogos, tanto de la Universidad Autónoma de Yucatán, del Instituto Tecnológico de Conkal, del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario N° 13, y de otras instituciones nacionales como Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro”, Universidad Mesoamericana del Estado de Morelos, de la UAM y del extranjero, principalmente de España.