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Se prepara Mérida con albergues y brigadas de atención, por Beryl
MÉRIDA, Yuc., 23 de septiembre de 2021.- Este miércoles se cumplieron 19 años del paso del huracán Isidoro en el estado de Yucatán dejando una estela de destrucción a su paso, pues al menos 500 mil personas y 15 mil viviendas resultaron afectadas, también dejó una gran enseñanza para no volver a cometer los mismos errores en materia de prevención, señaló Juan Vázquez Montalvo, meteorólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Yucatán (UADY).
Los yucatecos no debemos de olvidar que con este tipo de Fenómenos Meteorológicos no se juega y que la única forma de enfrentarlo es con preparación contra los Ciclones Tropicales, fue una gran lección recibida la que dejó este huracán que no habrá sido tan fuerte como el huracán Gilberto que impactó 1988, pero que provocó una mayor destrucción y daño, ya que las afectaciones equivalían al paso de huracanes debido a las 36 horas de afectación, casi 3 días que estuvo sobre el estado de Yucatán.
La lección fue que no se debe menospreciar un fenómeno natural, porque el huracán era categoría 3 y su ruta era hacia el Golfo de México, la gente estaba confiada que no afectaría al estado y aunque se dieron avisos por parte de la autoridad los meridanos estaban en las plazas comerciales o en sus trabajos haciendo su vida normal.
Ningún modelo matemático decía que pasaría rosando la costa yucateca sin embargo el sábado en la tarde empezó a rotar su trayectoria y el domingo en la madrugada empezó a avanzar de lleno hacia la ciudad de Mérida, fue una trayectoria errática ya que el fenómeno fue empujado por una vaguada que hizo que el avance del huracán fuera más lento ocasionado más daños.
El fenómeno toco tierra como categoría 3 y llegó a la ciudad de Mérida en categoría 2, pero le causo a la capital yucateca los peores daños jamás recibidos por un fenómeno natural, luego se fue al sur del estado donde dejó inundaciones jamás vistas.
Vázquez Montalvo recuerda que tenía una semana que había regresado de una capacitación en los Estados Unidos y tenía la tarea de instalar las estaciones meteorológicas desde la fina de oro hasta Progreso, las cuales resistieron el paso del ciclón, donde se pudo registrar rachas de viento de 240 kilómetros por hora.
Isidoro ha sido el peor huracán que ha afectado, en daños, al estado de Yucatán, en la costa se alcanzaron olas de hasta 4 metros de altura que ocasionaron pérdidas de embarcaciones y dejando muchas zonas inundadas.
El especialista dijo que las nuevas generaciones no conocen las afectaciones que puede ocasionar un fenómeno natural, pero quienes vivieron el paso del Isidoro es algo que nunca olvidarán, en su caso recuerda que se sumó a una brigada para llevar despensas a las comunidades y no los dejaban llegar a los pueblos, cuando la gente se daba cuenta que eran despensas los asaltaban antes de llegar a su destino.
Por otra parte el señor Gabriel Barahona vecino de la colonia Vicente Solís recordó que estuvieron más de dos semanas sin energía eléctrica y se hacían grandes colas en las panaderías y sólo se vendían de a dos barras por persona, la gente estaba muy alterada y se arrebataban los panes.
Todo el estado estaba en caos, en la zona ganadera se perdieron miles de cabezas de ganado, cerdos, hubo granjas apícolas que perdieron la totalidad de sus aves, las cosechas se perdieron por las inundaciones, señaló el entrevistado.
La señora Margarita Zamora dijo que trabajaba en un comercio de la zona de San Juan cuando en pleno huracán estallaron las vidrieras de la estación del ADO donde había muchas personas que esperaban viajar, pero tuvieron que salir con los vientos huracanados a buscar refugio, todas las puertas estaban cerradas y los proyectiles se estrellaban en las paredes.
La mujer recuerda que estaba escuchando la radio donde se hacían reportes auxilio de los ciudadanos, pero luego las líneas de emergencia colapsaron por tantas llamadas en la ciudad, sin embargo, lo peor fueron los días siguientes, que no había luz ni agua, la gasolina se agotó y se hacían largas filas para conseguir combustible.