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MÉRIDA, Yuc., 12 de marzo de 2025. La comunidad oaxaqueña radicada en Yucatán celebra por décimo séptima ocasión la Guelaguetza en Mérida, un evento que ha servido para fortalecer la hermandad entre Oaxaca y Yucatán. Desde hace 24 años, este encuentro ha sido impulsado por don Marco Rodríguez y un equipo de organizadores que han llevado la alegría y el colorido de la festividad a diversas sedes en la ciudad.
Felipe Arenas, organizador de la feria, destacó la importancia de este evento para mantener vivas las tradiciones de las ocho regiones de Oaxaca y sus 570 municipios. En su edición 2025, el evento se lleva a cabo en el Parque de Santa Ana, del 7 hasta el 30 de marzo, con una amplia oferta gastronómica, artesanal y artística.
“La Guelaguetza es mucho más que una festividad; representa el espíritu de cooperación y ayuda mutua de los pueblos oaxaqueños, reflejado en la tradición del tequio”, anotó.
Entre las novedades de este año se encuentran la venta de artesanías emblemáticas como el barro negro y los alebrijes, así como una oferta gastronómica enriquecida, con platillos tradicionales como el mole negro y las tlayudas, además de nuevas propuestas culinarias que reflejan la diversidad de Oaxaca.
Una de las actividades más destacadas será la primera misa oaxaqueña en Mérida, programada para el 29 de marzo a las 11:30 de la mañana en la iglesia de Santa Ana.
“Esta ceremonia contará con cantos tradicionales y la participación en vivo de una banda de viento, al igual que misas previas realizadas en otras ciudades del país con la presencia de obispos y autoridades religiosas”, informó
Durante todo el mes se presentarán artistas oaxaqueños y yucatecos, habrá exhibiciones de medicina tradicional maya y se ofrecerán diversas actividades culturales para el disfrute del público. La fusión gastronómica también será protagonista, combinando sabores como el mole negro y las tlayudas con los tradicionales panuchos, sopa de lima y cochinita pibil, creando una experiencia culinaria única.
Puntualizarón que la comunidad oaxaqueña en Yucatán ha crecido significativamente, pasando de pequeños encuentros familiares a una red de más de 3,000 familias, con participantes provenientes también de Campeche, Tabasco y Quintana Roo.