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MÉRIDA, Yuc., 1 de noviembre de 2022.- El Cementerio General de Mérida tiene muchas historias por contar y una de ellas es la de Jesús y Elsa Castillo, hermanos que se dedican a la venta de flores, pero la particularidad es que son la cuarta generación de su familia que ejerce este oficio, es decir, su familia lleva más de 100 años vendiendo flores.
“Somos la cuarta generación de vendedores de flores”, dijo Jesús, quien presumió que su bisabuela, abuela y su mamá fueron vendedoras de flores, oficio y negocio que heredaron pese a que él estudió una carrera comercial y se dedica al comercio. “Mi mamá fue la que nos enseñó, nosotros acá crecimos, en un negocio familiar”.
Explicó que su mamá le dio el puesto en donde actualmente venden y empezó a contratar gente para que atienda el negocio, pero “nos dijimos: ¿Por qué trabaja gente que no es de la familia si nosotros crecimos acá? Entonces nos venimos a trabajar con ella”, aunque comentó que las ventas ya no son iguales que años atrás.
Agregó que ya hay una quinta generación de los Castillo que podrían continuar con el negocio familiar y esos son los hijos de estos dos hermanos, a quienes les enseñan cómo cuidar y tratar las flores que se van a vender, además de que les inculcan que la tradición del hanal Pixán debe seguir vigente entre la sociedad yucateca.
Cuestionado sobre las ventas, Jesús comentó que estas ya no son iguales porque la gente ha dejado de ir, sobre todo los jóvenes quienes le dan mayor importancia al Halloween y no a las tradiciones yucatecas. Son los adultos mayores quienes aún dan la cara y van al Cementerio a honrar la memoria de sus antepasados.
“Este año vino poco más de gente, pero se ha perdido la cultura de venir. La gente ya no compra flores y la cultura y las costumbres se va a perdiendo, es la gente mayor la que viene, pero tal vez el próximo año ya no porque puede que ya se hayan adelantado”, comentó el entrevistado, mientras su hermana atendía el negocio.