Realizan cambios para cuidar el dinero de retiro que hay en el Sirjum
MÉRIDA, Yuc., 25 de septiembre de 2020 .- Un grupo de 15 personas con discapacidad que conducen mototaxis adaptados a su condición, denuncian sufrir discriminación por parte de directivos del supermercado Bodega Aurrera, además de hostigamiento por parte de la policía en el sur de Mérida.
El pasado 23 de septiembre, los trabajadores acudieron a la inauguración de la mencionada tienda comercial, ubicada en la colonia Cinco Colonias, para demostrar su inconformidad por no permitirles trabajar a las afueras de este sitio, sin embargo, la policía los retiró.
“Nos habían dicho que íbamos a tener más preferencia, como en el Aurrera Itzaes, donde sí aceptaron que trabajen compañeros con discapacidad, pero después nos hicieron a un lado y le dieron preferencia a los mototaxistas de otras agrupaciones”, detalló en entrevista para Quadratín, el señor Joel Aquino, uno de los trabajadores que acudió a la protesta.
Además de la falta de empatía que están sufriendo este sector de transporte, aseguró que, elementos de la policía, han llegado a hostigarlos sin permitir que trabajen como todos los demás mototaxis: “me gustaría que nos den algún permiso porque la policía no nos deja laborar libremente, queremos agarrar un pasaje y nos corren. Sentimos que sufrimos acoso laboral”.
Debido a la pandemia del Covid 19 aún no se permite la instalación de tianguis, que era su principal fuente de ingresos, es por ello, que este grupo de mototaxistas se encuentran en una difícil crisis económica: “antes de la pandemia, gracias a Dios teníamos el sustento para nuestra familia, pero a partir de que cerraron los tianguis, quedamos desempleados”, señaló.
Reconoció la situación económica que pasan todos los sectores de transporte y comercio, sin embargo, la desventaja de este grupo es su discapacidad motriz. Ante ello, hace un llamado a las autoridades municipales como estatales para que los escuchen y permitan trabajar sin tener que ser hostigados ni menospreciados: “no hemos tenido la suerte de que nos quieran recibir”, señaló.
Don Joel Aquino, de 43 años, es el sustento de una familia conformada por dos hijos y su esposa. Antes de permanecer en una silla de ruedas, se dedicaba a la herrería y soldadura, pero hace un tiempo perdió la pierna izquierda y tiene una lesión en el tobillo, es por ello que le resulta difícil conseguir un empleo.