Anuncian reubicación temporal de paraderos en Mérida
MÉRIDA, Yuc., 11 de enero de 2021.- El Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida (OMSM) reaccionó en contra de las declaraciones emitidas por el titular de la Canaco Mérida, Michel Salúm Francis, al considerarlas con “una serie de sesgos” en materia de movilidad urbana.
Como informamos con anterioridad, el líder de empresarios yucatecos emitió su posición en contra del Plan de Infraestructura de Ciclovías de Mérida, presentado por el gobierno de Yucatán el pasado mes de octubre, donde aseguró que la instalación de espacios destinados al uso de la bicicleta como medio de transporte traerá “complicaciones” a la movilidad de la ciudad.
“Con el calor que hay en Mérida, yo no creo que sea mucha la gente que vaya a dejar de moverse en otro medio para usar la bicicleta, sobre todo si en sus lugares de trabajo no tiene ni siquiera el espacio para tener un aseo personal, porque si llegas todo sudado y con un olor no propio para desempeñar tus labores, porque estás pedaleando con un sol de 40 grados, pues obviamente eso va en deterioro incluso de la misma persona”, comentó Salum Francis en entrevista para Quadratín
En relación a lo anterior, el OMSM respondió que el factor clima “no figura entre los principales inconvenientes” para andar en bicicleta por la ciudad, ya que en el Perfil Ciclista 2018 realizado por el Instituto para la Política de Transporte y Desarrollo (ITDP) de México, el “clima extremo apenas es citado por el 3.8 por ciento de los ciclistas encuestados en Mérida”.
Según el mismo documento, los principales inconvenientes de quienes usan la bicicleta como medio de transporte en la capital yucateca están asociadas a la seguridad vial (falta de seguridad vial, falta de infraestructura ciclista y señalización) y falta de espacios para dejar estacionada la bici.
“La gente que anda en bici recurre a diferentes medidas para resolver el inconveniente de llegar sudado al trabajo (como llevar otra muda de ropa, ducharse en el trabajo, etc.)”, compartió el Observatorio a través de sus redes sociales.
Salum Francis también indicó que Mérida, a comparación de ciudades como Dinamarca o Amsterdam, no ha sido una ciudad ciclista debido a que el clima no se presta para moverse por las calles en bicicleta y las ciclovías solamente van a “estrangular” al Paseo de Montejo.
En ese mismo sentido, el OMSM recordó que las ciudades europeas “no siempre fueron ciclistas”, ya que en la década de los años 60 y 70, eran sociedades altamente dependientes del automóvil: “pero una combinación de factores económicos, políticos, sociales y ambientales ocasionaron el regreso a la bicicleta como medio de transporte”.
Precisó que los “estrangulamientos a la vialidad” que cita el empresario, se les conoce como “dietas de calle” y constituye una de las medidas empleadas en la planeación urbana, “para optimizar el espacio vial, pacificar el tránsito y con ello, favorecer la coexistencia entre vehículos motorizados, peatones y ciclistas en la vía pública”, en una ciudad que actualmente tiene destinado la totalidad de su arroyo vehicular al tránsito motorizado.
Sobre los inconvenientes que pudieran resultar para los hoteles que se encuentran cerca del trazado de la ciclovía del Paseo de Montejo, los expertos en movilidad opinaron que “son asuntos de orden privado que a cada hotelero le atañe resolver”, ya que por reglamento, las maniobras de carga y descarga de mercancías, así como las de ascenso y descenso de usuarios, se deben realizar al interior de los predios y no en la vía pública: “que se hayan tolerado por mucho tiempo malas prácticas eso es otro asunto”.
Por último, el presidente de la Canaco Mérida manifestó que reducir los carriles en las avenidas principales de la ciudad, va a perjudicar al tráfico porque “dos camiones no van a poder pasar cómodos” y no ayudará mucho “a los ciclistas, porque tampoco son tantos”.
Ante este comentario, el Observatorio meridano reviró que los embotellamientos viales “se han dado aún sin la existencia de la ciclovía”, por lo tanto, no se trata de un problema de infraestructura, sino de la forma en la que operan los comercios y servicios en la zona, cuyas instalaciones “no son suficientes para atender las necesidades de sus usuarios”.