Llega Uber Flash Ahorro a Mérida
MÉRIDA, Yuc 3 de abril de 2020.- Vendedores de flores, marmoleros, pintores y albañiles, que dan mantenimiento y color al interior de camposantos como el Cementerio Xoclán y el Cementerio General, revelaron a Quadratín Yucatán, las afectaciones de hasta el 100 por ciento en sus bolsillos desde que el departamento de Panteones Municipales los retiró, con el fin de seguir la recomendación hecha por el gobierno federal para la población en general para quedarse en casa.
La suspensión de actividades al interior de los cementerios municipales de Mérida, ordenada por el ayuntamiento de la ciudad para prevenir el incremento de contagios de Coronavirus Covid 19, afecta a los trabajadores que dependen del funcionamiento de los panteones para poder generar ingresos económicos a sus hogares
En la Florería Colibrí, ubicada sobre la avenida Juan Pablo II, justo frente al Cementerio Xoclán, las ventas han bajado hasta al 60 por ciento, indica la vendedora del lugar, quien señaló que desde el inicio de la contingencia “ya no bajamos mucha mercancía”.
“Está bajita la venta, incluso otros locales cerraron, pero nosotros abrimos porque no nos dicen nada todavía sobre cerrar”, comentó la mujer. Admitió que su principal público consumidor es la gente que viene a realizar visitas al panteón, pero con las recomendaciones hechas por el gobernador del estado y el alcalde Renán Barrera, han dejado de visitar a los difuntos.
Cuestionada sobre la posibilidad de cerrar los panteones por tiempo indefinido, durante lo que dure la contingencia, confirmó que sería “demasiada afectación” para su negocio, del que depende ella, su madre y demás familiares: “Nosotros vivimos de la flor, pero desde la semana pasada no vendemos, ya pasaron a decirnos que no nos van a dejar colocarnos en el camellón, pero nosotros ya tenemos nuestras cosas dentro de la casa, ya no nos colocamos en vía pública”, reconoció.
Sobre la misma avenida ubicada al poniente de Mérida, otros negocios dedicados al mismo rubro permanecen cerrados, la falta de clientes no brinda ingresos ni para acudir a los centros de trabajo. Las flores y lápidas para recordar a las personas que descansan dentro de las necrópolis se marchitan y permanecen detrás de las rejas aseguradas con candado.
Candy Balam y Antonio Quintal, dueños y trabajadores de la marmolería 1ro de Xoclán, viven una situación parecida, su economía familiar también depende del cementerio; dedicados a la venta de estructuras para mausoleos, su negocio ha parado por completo sus actividades con la contingencia sanitaria.
Al no ser trabajadores del municipio, los dueños del negocio mencionaron que de parte del ayuntamiento de Mérida no ha habido un acercamiento a quienes dependen de la necrópolis y no encuentran alternativa para brindar sustento a su familia: “solo nos dijeron que nosotros ya no vayamos y eso porque vino uno de los trabajadores de mantenimiento de allá porque nos conoce, pero el departamento no nos dijo nada y debería venir a avisar”.
En caso de que el gobierno ordene un cierre total de las puertas, admitieron que la afectación sería grave, porque “de ahí vivimos”, señaló Antonio, quien tuvo que suspender sus obras de mantenimiento, para las que había sido contratado durante los meses de marzo y abril.
“Ahora solo porque teníamos pedidos pendientes, es de lo que estamos sacando, pero a nosotros lo único que nos han dicho es que ya no metamos más trabajos y no están dejando entrar a particulares”.
Don Guimer es marmolero desde hace 30 años, su trabajo nunca se ha visto interrumpido al interior del Cementerio General ubicado cerca del barrio de Xcalakchén, pero desde el pasado jueves le avisaron que las obras que tenía pendientes por concluir en el lugar debían suspenderse para procurar la salud de él y de su familia: “mientras le voy a tener que decir a los que me contratan que hasta nuevo aviso los voy a concluir”.
La suspensión de su trabajo e ingreso “frena todo”, y al carecer de otro ingreso económico, lamentó que sólo le queda “esperar para morirse de hambre”, como mínimo hasta el 30 de abril. “Ya oíste, van a cerrar todo el cementerio, yo voy a tener que estar esperando a que abran otra vez para que yo me ponga a trabajar”.
Don Guimer trabaja “al destajo”, por lo que no cuenta con un sueldo asegurado, aunque con lo poco que produce con cada trabajo diario “uno junta sus centavos”. El trabajador pide al ayuntamiento de Mérida que brinde apoyo a los trabajadores del Cementerio General, ya que al no contar con el respaldo de un sindicato, a ellos “simplemente nos cierran las puertas y ya está”.
“Debe apoyanos con algo, no es necesario que nos de un sueldo porque vivimos al día, pero de perdido que nos brinden una despensa”.
Las personas que trabajan dentro de los panteones municipales sufren una afectación económica como nunca antes, que repercute en familias que dependen de los mismos. Gente que trabaja diariamente se enfrenta a la incertidumbre económica durante la contingencia sanitaria que los obliga a parar sus labores y a pedir ayuda a las autoridades municipales.
Aunque el municipio no ha dado una orden para cerrar por completo las necrópolis, al interior de ellas no pueden laborar los trabajadores independientes que acuden sin acompañantes para remozar y pintar las estructuras. Las recomendaciones del gobierno estatal para evitar los eventos que congreguen más de 50 personas, también se aplican de manera rigurosa en cementerios donde difícilmente ves a dos o tres familias reunidas.