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MÉRIDA, Yuc., 28 de octubre de 2020.- ¡Es un trauma vivir entre agua!, así lo expresó el señor Gerónimo, habitante de la comisaría de Xcunyá, una de las localidades de Mérida en las que su población lleva 22 días viviendo entre agua estancada.
Xcunyá se ubicada a 15 kilómetros al norte del centro de la capital yucateca y es una de las comisarías que han sufrido los estragos de las lluvias constantes que dejaron los últimos fenómenos meteorológicos.
Hoy, el señor Gerónimo vive con un choque emocional. Todos los días despierta, se baja de su cama y recuerda que no es un sueño, lo primero que debe hacer es colocarse sus botas de hule; camina por las habitaciones, desde la cocina, el baño, la recamara, hasta el patio, todas ellas inundadas, y así se ha acostumbrado a vivir durante estas últimas semanas.
El agua, que no se ha logrado sacar, ha sido un marcador del tiempo desde aquel primer día en que llovió; hoy, se muestra de color verde turbio y sobre todo comienza a dispersar un olor desagradable; sin embargo, ese no es su mayor descontento sino el tener que soportar los insectos o animales que podrían ocasionarle alguna enfermedad.
“Mi esposa y yo hemos soportado moscos, tenemos miedo de encontrarnos serpientes, porque ya hemos matado algunas. Pero, además corremos el riesgo de electrocutarnos”, señaló con tristeza.
Don Gerónimo, quien teme por su integridad, platicó que vive con temor en su propia casa, sin embargo, sabe que “debe esperar” para que su situación se resuelva, o al menos eso es lo que le han hecho creer las autoridades.
Antes de los fenómenos meteorológicos, Gamma, Delta y Zeta, las pocas lluvias del año habían sido un aporte hídrico a la poética del paisaje de Xcunyá, pero ahora, los rayos de sol reflejan en esa agua inundada la triste realidad que él y su esposa Doña Gloria viven todos los días.