El cáncer de mama te arranca la estabilidad emocional: sobreviviente

MÉRIDA, Yuc., 19 de octubre del 2022. “Soy sobreviviente de cáncer, pero casi no la cuento” expresó Lupita Chan, una meridana de 65 años, que a los 55 fue diagnosticada con cáncer de mama.

“No te puedo decir lo que sentí en el momento en que me dieron el diagnóstico porque no me acuerdo, tengo bloqueado ese recuerdo en específico, pero me recuerdo llorando en mi casa en brazos de mi esposo preguntando por qué me pasaba eso a mí”.

Lo que se vino a partir de eso para Lupita, fue un ir y venir a médicos, buscando una segunda opinión, pero sobre todo buscando una esperanza.

“Lo primero que me dijo mi esposo fue que no nos íbamos a quedar con eso, que íbamos a buscar soluciones, invertimos mucho tiempo y dinero, y todos coincidieron en que, si era cáncer, una vez que lo acepté, lo siguiente fue pensar ahora en soluciones o tratamientos, me ayudó mucho que mi esposo se mantenía fuerte y mis hijos siempre me apoyaron”.

Aunque ya tenía aceptado el cáncer como enfermedad, Lupita no estaba preparada para las consecuencias físicas del cáncer y mucho menos para las emocionales.

“Cuando se me empezó a caer el pelo, fue un balde de agua fría, porque fue darme cuenta de que iba a perder cosas de mi femineidad, de mi identidad como mujer, que posiblemente me quitarían un seno, y eso me mataba porque ya pensaba en como tomaría eso mi esposo, si me iba a dejar de querer, nuestra intimidad, nuestra relación de pareja”.

El cáncer te arranca la estabilidad emocional, dijo de manera tajante Lupita mientras se queda un momento en silencio como recordando ese pasado doloroso.

“El miedo, la incertidumbre, matan más que la enfermedad, porque te quitan las ganas de luchar, de iniciar tratamientos, de muchas cosas, yo salí adelante porque mi familia estuvo conmigo todo el tiempo, porque mi esposo siempre me dejó claro que me amaba, con pelo o sin el, con un seno, con dos o con tres”.

Fueron cuatro años de angustia, dolores, de rezos, de médicos de incertidumbre por no saber que venía, de no saber siquiera si tendría un futuro, pero hoy, seis años después, el futuro le pinta bien, de color rosa dice ella.

“Los tratamientos funcionaron afortunadamente, pero creo que mucho ayudó el que me mantuve con buen ánimo, positiva y eso aunque no lo crean cuenta mucho, me apoyé en mi familia, acudí a terapia, porque sí, es necesario para poder lidiar con los miedo y mantenerse estable, ahora tengo muchos planes a futuro, esa experiencia me enseñó a aprovechar el tiempo no importa si es mucho o poco”.

Para finalizar, Lupita hace un llamado a todas las mujeres para que se realicen chequeos constantes para detectar cáncer de mama, pues entre más rápido reciban ayuda, más posibilidades tiene de sobrevivir.