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MÉRIDA, Yuc., 14 de abril de 2020.- La venta de bebidas alcohólicas en Yucatán quedó prohibida por orden del gobierno estatal desde los primeros días de abril, legisladoras, activistas y especialistas en violencia de género, consideran que esta decisión tomada por la administración de Mauricio Vila fue precipitada, ya que los síntomas relacionados a la abstinencia de alcohol, pueden aumentar los ataques de hombres hacia sus parejas en el interior de su domicilio.
La Línea Mujer del Instituto Municipal de la Mujer, recibió en las últimas dos semanas un promedio de siete llamadas de mujeres violentadas cada día, es decir, cerca de 90 en lo que va de abril. La cifra contrasta totalmente con las 104 llamadas que el Instituto respondió durante todo el mes de febrero, de las cuales 49 fueron de emergencia y 31 resultaron ser falsas, dando como resultado un promedio de dos llamadas al día durante el segundo mes del 2020.
El pasado 10 de abril, el gobierno de Yucatán publicó en el Diario Oficial del Estado el decreto 208/2020, por el que se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en el estado, como medida de prevención sanitaria ante la emergencia declarada por la afectación del Covid 19.
El documento cita entre sus consideraciones, que además de incrementar los casos del nuevo Coronavirus en la entidad, también hubo un incremento el número de casos de violencia reportados al 911. Aunque no especifica el tipo de violencia registrada por el número de emergencia de la Secretaría de Seguridad Pública, el documento detalla que “en su mayoría”, fueron generados por personas que se encontraban bajo el efecto del alcohol.
La psicóloga Emma Vela Cano, jefa del departamento de Servicios Especializados en la Atención a la Violencia del IMM, reveló a Quadratín Yucatán que su línea especializada en atención de mujeres, generalmente recibe de cinco a siete llamadas durante los viernes y sábados, cuyos situaciones son originadas en relación al alcoholismo, “pero en esta ocasión, con respecto a la cuarentena, hubo esa misma cantidad de llamadas entre semana”.
Vela Cano añadió que el IMM siempre ha recalcado “que el alcoholismo es un detonante de la violencia, más no el origen”, ya que los agresores aún estando alcoholizados “eligen a quién agredir”.
La diputada local de Movimiento Ciudadano (MC), Milagros Romero Bastarrachea, confirmó el aumento en la violencia de género y agregó que desde el inicio de la contingencia envió un mensaje a las yucatecas, previendo la tendencia “para que denuncien a quienes les infrinjan violencia”, pues el confinamiento causa “presión emocional y psicológica” a la persona agresiva.
La presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso local, descartó que la llamada Ley Seca sea la manera de combatir el Covid 19 y la violencia de género, ya que sirve como atenuante, sino que deja paso a que las mujeres se sientan “más vulnerables que nunca” por no tener libertad económica y física, al mismo tiempo que las mantiene “literalmente prisioneras en casa con su agresor”.
Teresita Campos Ancona, presidenta del Observatorio Ciudadano Nacional de Violencia de Género, comentó a Quadratín Yucatán que con la Ley Seca, se debió tomar en cuenta que la entidad “está entre los primeros lugares en consumo de bebidas alcohólicas, entonces para tomar una medida tan drástica como la prohibición hay que tener un plan de contención para los generadores de violencia, que en este caso mayormente son los jefes de familia”.
La activista reveló desde que comenzó el aislamiento social provocado por la llegada del Coronavirus a Yucatán, el número de reportes sobre situaciones de violencia “se disparó terriblemente” en las líneas de atención especializada para mujeres. Añadió que las líneas de Kóokay, Apis Sureste, Línea Mujer y la del mismo Observatorio, “están a tope”.
Campos Ancona opinó que el aumento se relaciona a que los agresores están encerrados por el confinamiento, desviando la violencia, la frustración y el sentimiento de encierro “hacia las personas que están en su cadena de subordinación, como sus hijos y su pareja”.
Agregó que con la prohibición, las organizaciones, asociaciones civiles y refugios que se encargan de vigilar y proteger a las mujeres víctimas de violencia, se pueden ver superadas en capacidad: “si generalmente jalábamos una carreta, ahora nos están tirando el doble, porque van a salir más mujeres huyendo de sus generadores de violencia en medio de la cuarentena”.
Uno de los factores que se debe seguir durante el repunte en los casos, según las entrevistadas, es que la prohibición de la venta de alcohol en Yucatán provocará serios problemas relacionados con el síndrome de abstinencia entre los consumidores habituales de alcohol.
Kelly Ramírez Alpuche, psicóloga y presidenta de Igualdad Sustantiva Yucatán, explicó en entrevista que los consumidores de cualquier tipo de droga, en abstinencia “presentan síntomas de estrés, mal humor, irritación, poca tolerancia a la frustración y también manifestaciones físicas”.
Ramírez Alpuche enfatizó en que “el problema real no es el consumo de alcohol”, si no que pese a todas las medidas implementadas “las mujeres y niñas seguimos muy vulnerables y expuestas”.
Aunque reconoció que la Ley Seca podría reducir otros factores de riesgo asociados con la pandemia de Coronavirus, la activista por los derechos de las mujeres pronosticó más episodios violentos en Yucatán, provocados por la abstinencia y otros factores como la afectación económica, las condiciones de calor y el hacinamiento.
Desde el punto de vista legislativo, la diputada Romero Bastarrachea presagió que estos casos “definitivamente van a aumentar”, ya que una persona violenta y adicta “que es obligada a permanecer recluida en una casa donde no puede beber o salir, estalla con violencia”.
En cuanto a la relación de la Ley Seca con el distanciamiento social, la legisladora de MC aseguró que “encapsular el problema hace que explote desde adentro”, por eso mencionó que “prohibir y encerrarte no es la manera de combatir” al Covid 19, ni a la violencia de género.
Teresita Campos refirió que con la prohibición, el gobierno estatal da “un doble punch al disparo de los índices de violencia contra las mujeres”, por dejar hombres con este síndrome, “molestos, generadores de violencia, con ansiedad y sin opción” de canalizar sus emociones.
“Esta medida solo está acumulando tensión que en algún momento va a explotar terriblemente y generará un repunte de mujeres golpeadas, de niños en el Caimede (Centro De Atención Integral Al Menor En Desamparo) y un repunte muy fuerte en los reportes de violencia que nos va a sobrepasar”.
La activista expresó que el decreto estatal fue una medida “totalmente precipitada”, pues “para los feminicidas y los agresores no hay cuarentena”.
Finalmente, la psicóloga de los Servicios Especializados en la Atención a la Violencia, agregó que con la prohibición del alcohol, no se tomó en cuenta que este síndrome traerá consigo un repunte en la violencia de género y en los casos que la dependencia municipal tendrá que atenderá durante la contingencia sanitaria.