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MÉRIDA, Yuc., 10 de mayo de 2021.- Si ser madre es uno de los trabajos más complicados del mundo, compartir esa labor con la de ser médico y salvar vidas en medio de una mortal pandemia, triplica la carga de responsabilidades.
Así es como Keila Vega Cabrera, médico militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y madre de Frida Sofía, ha vivido los últimos 18 meses, sacrificando su tiempo, salud y sana convivencia familiar, por la satisfacción de ver a otra persona que logra pararse de la cama del hospital y salir por la puerta, después de superar el Covid 19.
“La satisfacción de nosotros como militares es cumplir con nuestro deber y en su caso, saber que estamos ayudando al prójimo”, comentó la cirujana y partera de 34 años, originaria de Michoacán, en entrevista con Quadratín.
Egresada de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Keila describió que formar parte del personal médico de la Sedena, destinado a la atención de la pandemia, “ha sido estresante”.
Largas jornadas de trabajo bajo un equipo de protección personal que te acalora, te impide comer, tomar agua o incluso ir al baño durante horas, es parte de su día a día. Sin embargo, explicó que para ella eso no es tan difícil, como el ver que algunos mexicanos no logran superar la enfermedad y pierden la vida por el Coronavirus.
Debido a lo anterior y al desconocimiento que abundaba en torno a esta nueva enfermedad, tuvo que “extremar las medidas de seguridad con la familia” y separarse de sus seres queridos para evitar su contagio.
México registró los primeros casos de Covid 19 a principios de 2020. Para ese entonces, Frida Sofía apenas tenía dos años y necesitaba la protección de su madre, pero Keila tuvo que tomar la difícil decisión de enviarla a casa de sus padres, mientras se adaptaba a una nueva rutina de cuidado y desinfección.
“La pandemia ha repercutido bastante en mi dinámica de mamá, porque una está acostumbrada a estar con los hijos al llegar del trabajo, tener sana convivencia, pero con esta pandemia y al estar en contacto con áreas de pacientes confirmados de Covid 19, pues me hizo alejar a mi hija, literalmente la mandé por varios meses con mis papás al estado de Michoacán”, compartió la médico militar.
“Es una situación estresante, es triste, te genera desesperación por saber que lo único que tenemos nosotros para dar es nuestra vida por los seres humanos, que para eso nos preparamos, para ayudar al prójimo y a veces tenemos que anteponer el servicio que le damos a los pacientes, a nuestros intereses personales”, agregó Vega Cabrera.
Aunque Keila se reencontró con su hija desde hace algunos meses, recuerda que la parte más fuerte de su separación fue cuando la diagnosticaron con Coronavirus, pues al trabajar diariamente en el ambiente hospitalario, sabía que los pacientes que llegaban a un estado grave de la enfermedad muchas veces no vuelven a ver a sus familiares.
Tras esta dura prueba, la vida le dio una nueva oportunidad a la médico militar michoacana, misma que gasta en continuar con su labor de ayudar al prójimo, mientras aprovecha cada instante disponible, para enseñar a su hija los valores con los que hay que vivirla.
“Ser madre te cambia la vida, te hace verla de otra manera, con otra perspectiva, porque tienes que salir adelante y hay una personita que está siguiendo tus pasos, no puedes rendirte y decir ‘voy a tirar la toalla’, porque los niños son como esponjitas, si te ven que luchas, que ayudas a alguien más, pues ellos van a ir a ayudar”, compartió.
Finalmente, la doctora Vega Cabrera recordó que aunque Yucatán se encuentra en semáforo amarillo, las personas deben seguir las recomendaciones sanitarias emitidas por las autoridades, pues el Covid 19 sigue arrebatando miles de vidas a los mexicanos.
“No bajemos la guardia, es una enfermedad de fácil transmisión, es un virus que puede estarse replicando en nuevas cepas y que la ventaja de que este virus pueda ser destruido con jabón o cloro, nos dice que hay que seguir implementando las medidas de higiene”, concluyó.