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MÉRIDA, Yuc., 23 de octubre de 2020 .- Zeidy Gómez Radilla recibió la noticia de tener cáncer de mama a sus 31 años y a pesar de que esta enfermedad fue muy agresiva, estuvo con una actitud positiva, demostrando esperanza por salir adelante.
Todo empezó cuando se dio cuenta que tenía una bolita cerca de la axila, por lo que acudió al ginecólogo y después de someterse a un ultrasonido, el médico la canalizó con el oncólogo, quien se encargó de realizar una operación inmediata, dijo en entrevista para Quadratín, Araceli Radilla Hernández, madre de Zeidy.
En el campo de la medicina, el cáncer es un término que describe un tumor o una enfermedad que se forma, crece o se disemina rápido. El cáncer de mama comienza con el aumento del grosor o hinchazón de una parte de la mama. Enrojecimiento o descamación en la zona del pezón.
“A los 15 días de que la diagnosticaron ya estaban operando a mi hija, todo fue muy rápido, lo hicimos en particular porque siempre el hospital público se tarda más en todos los trámites. El tumor que le extirparon fue una bolita negra del tamaño de una uña y 13 ganglios afectados, resultado de un cáncer muy agresivo”, señaló.
Una vez que salió de la operación, Zeidy permaneció en reposo por 30 días. Después comenzó su tratamiento de quimioterapias en el hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), las cuales duraron seis meses aproximadamente.
“Le dieron seis quimioterapias cada 21 días, después de esto le empezaron a dar 30 radioterapias, ya eran menos agresivas”, mencionó la entrevistada.
La madre de Zeidy relató que luego de su tercera quimioterapia, comenzó con síntomas como náuseas, dolor de cabeza y agotamiento; tuvo que realizar cambios desde su alimentación hasta la manera de conducir su vida: “fue muy difícil para ella, se acababa de casar”.
Después de dos años, terminó su tratamiento y aparentemente estaba bien, pero el cáncer volvió a manifestarse en el cuello, por lo que tuvo que someterse a otros análisis para regresar a las quimioterapias.
“Empezó otro tratamiento, pero en la cuarta quimioterapia comenzó a sentirse muy agotada, bajó de peso, ya no quería comer, estaba muy deprimida ya”, lamentó Radilla Hernández.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), entre 2010 y 2018 las defunciones relacionadas con el cáncer, o tumores malignos, han pasado de 70 mil 240 a 85 mil 754.
Estas cifras lo ubican como la tercera causa de mortalidad en el país (sólo por debajo de las enfermedades del corazón y la diabetes) y la segunda en Latinoamérica.
Fue el 4 de mayo de 2018 cuando la familia de Zeidy la internó en el hospital, no logró recibir una quimioterapia más porque el cáncer se había expandido por casi todo su cuerpo, hasta llegar al cerebro. Tardó 16 días en cama: seis días en el hospital y diez en casa.
“Los médicos me dijeron ‘señora llevesela a su casa, ella ya no puede seguir, está invadida de cáncer, despidanse’”, recordó su madre.
Después de pasar por una convulsión, la hija de Araceli ya no pudo valerse por sí misma, sus últimos diez días fueron agonizantes. Falleció el 20 de mayo de 2018.
En el marco del Día Internacional Contra el Cáncer, los datos más recientes revelan que son las mujeres las que registran un mayor número de decesos, pues sólo en 2018 se reportaron 44 mil 164 casos, lo que representa un alza de 23.2 por ciento respecto a 2010, año en el que hubo 35 mil 823.
La prevención y detección temprana son esenciales para disminuir las cifras de mortalidad por cáncer.