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MÉRIDA, Yuc., 7 de enero de 2021.- El tráfico ilegal de especies y la caza furtiva de animales no paró en Yucatán durante el 2020, a pesar de la contingencia sanitaria y el encierro obligado por el Covid 19, denunció el médico veterinario zootecnista, Enrique Valdez Escobedo.
En entrevista para Quadratín, el director de la organización Rescate Zarigüeyal, señaló que a raíz de las restricciones a la movilidad y otras recomendaciones que se hicieron por la llegada del Coronavirus a la entidad, estas actividades que atentan contra la fauna silvestre también frenarían, sin embargo, durante el encierro continuó la oferta de ejemplares que son víctimas de estas prácticas humanas, incluso a través de internet.
“Lamentablemente en redes sociales, en cualquier grupo de Facebook podemos ver cómo las personas hasta el día de hoy, siguen vendiendo en cantidades impresionantes, un sinfín de animales, no solamente aves, (…) también otros animales que para muchas personas no son tan apreciados como las serpientes”, comentó.
El pasado 2 de diciembre, a través de una conferencia de prensa virtual, el presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México, A.C., Ernesto Zazueta Zazueta, denunció que el decomiso de fauna silvestre en México aumentó 1000 por ciento durante el 2020.
“México es uno de los países con mayor tráfico de especies de vida silvestre en el mundo por tres razones: Por ser uno de los países con mayor diversidad de especies en todo el planeta, (…) por nuestra situación geográfica que permite fácil conexión y comunicación con diversos países y continentes, y por las redes de corrupción y la falta de herramientas jurídicas y de recursos para combatir este delito”, señaló Zazueta Zazueta.
Cabe destacar que apenas el pasado 19 de noviembre, personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en coordinación con elementos de la Guardia Nacional, detuvieron el envío de tres cajas de madera en cuyo interior había seis ejemplares de la especie Flamenco Americano (Phoenicopterus ruber), de los cuales uno se encontró muerto.
Estos animales, que se encuentran enlistados categoría de especie Amenazada dentro de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, fueron hallados en las instalaciones de una empresa de paquetería, ubicada al interior del Aeropuerto Internacional de Mérida.
A este caso se suma el de un tucán pico de canoa, que los meridanos bautizaron como “Tuki”, que en mayo pasado sufrió el ataque de un cazador y murió a causa de las heridas que este le provocó, pese a la intervención del Proyecto Santa María, que intentó salvarle la vida.
De igual forma, en 2020 Rescate Zarigüeyal se vio en la necesidad de practicarle la eutanasia a una chara yucateca, que de igual forma fue atacada por un cazador furtivo, quien le disparó y le causó heridas de gravedad.
Otro ejemplo claro del tráfico de especial, citó Valdez Escobedo, fue el de la persona que liberó un cocodrilo que tenía de mascota, en el lugar que es conocido como el Malecón de Pensiones, después de la inundación que se presentó en sus terrenos: “las autoridades no capturaron y lo dejaron ahí, al día de hoy el lago de pensiones se está secando y posiblemente el cocodrilo esté en ese lugar”.
Finalmente, el director de Rescate Zarigüeyal señaló que el tráfico ilegal de especies de fauna silvestre es un problema “latente”, ya que muchos los animales que son víctimas del tráfico ilegal o de la caza furtiva, pueden tener parásitos, bacterias y virus, que fácilmente pueden ser transmitidos a los humanos: “significa un potencial riesgo para la salud pública, no necesitamos un ejemplo porque justamente ahora seguimos viviendo las consecuencias de un caso”, puntualizó el veterinario.