Felicita alcaldesa de Acapulco a Quadratín por Cumbre 2024
FELIPE CARRILLO PUERTO, QRoo, 8 octubre de 2020.- La celebración de los 46 años de la conversión del territorio federal de Quintana Roo en estado ocurre en un contexto especial, suspiramos porque, pese a los daños que causó en la zona norte, Delta fue hasta cierto punto magnánima. Pudo ser peor si entraba con categoría mayor como estaba pronosticado.
Nuestra forma de ver las cosas obedece a que los mayas vemos al Huracán como algo que provoca también la renovación de la solidaridad entre vecinos, por ejemplo; usar nuestra iniciativa y fortalecer el temple de la gente para reconstruir lo dañado, siempre se debe aprender del pasado. Los quintanarroenses, que son muchos más que en 1974, tienen como entrada económica principal la actividad turística, dependen mucho de ella. Junto con esta creció el fenómeno de la migración y en la última década el terrible flagelo de la violencia.
Si hablamos de efectos de la acción delictiva organizada el balance es que, lejos de detenerse, la inseguridad y la violencia se extienden a municipios en donde no se habían dado antes, ahora ocurre en municipios del centro del estado en donde apenas comienzan con mucho esfuerzo la promoción de sus atractivos naturales para atraer turismo.
De continuar el modelo de turismo convencional masivo puede llevar a que los quintanarroenses sufran también iguales o peores padecimientos que los habitantes de otros lugares como Acapulco. Algo positivo de la pandemia es que puede aprovecharse esta grave experiencia para replantear las modalidades de esta actividad.
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