Reforma judicial deja sin protección a periodistas: Jan Albert Hootsen
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de agosto de 2020.- Por las manos militares no solo pasan armas letales, ni solo tocan la rudeza del campo de batalla, ya sea en el combate al crimen o apoyando en tareas de reconstrucción tras los desastres naturales, también tienen la delicadeza y enorme honor de diseñar y confeccionar el símbolo patrio más representativo y significativo para México, la Bandera Nacional.
Esos lienzos de tela, verde, blanco y rojo, con la imponente águila devorando una serpiente postrado sobre un nopal, como escudo nacional, son convertidas artesanalmente en esa hermosa Bandera que, como dice su canto, desde niños sabemos venerarla, y también por su amor vivir, pues en ella se encierra la historia de un país hecho a base de lucha y unidad.
Desde las instalaciones de la Dirección General de Fábrica de Vestuario y Equipo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ubicado al oriente de la Ciudad de México en la alcaldía de Iztapalapa, integrantes del Ejército elaboran las casi dos mil banderas que ondean en los recintos militares del país, así como en algunos espacios tales como San Jerónimo o el Zócalo capitalino.
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