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CANCÚN, QRoo., 19 de junio de 2025.- México está viviendo un momento clave para la protección animal. La llamada Ley Mincho, impulsada por organizaciones como Animal Heroes, está marcando un antes y un después en la relación del país con los mamíferos marinos en cautiverio.
Con una propuesta legislativa ya en discusión en el Senado y el respaldo explícito de la Presidenta Claudia Sheinbaum, el país se perfila para dejar atrás una práctica anacrónica: el uso de delfines como espectáculo.
Uno de los principales impulsores de este cambio ha sido el secretario de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo, Óscar Rebollo Aguilera, quien desde el estado que alberga el 80% de los delfinarios del país, ha refrendado su compromiso con el bienestar animal.
“Durante años, México ha permitido la esclavitud de delfines en nombre del entretenimiento. Pero eso está a punto de cambiar”, declaró recientemente. Para Rébora, la #LeyMincho es el inicio del fin del cautiverio, y así lo ha hecho saber tanto en foros institucionales como en sus redes sociales.
Su liderazgo ha sido clave para abrir la discusión política en un tema históricamente relegado por intereses económicos. Desde la SEMA Q.Roo, el Secretario ha articulado un mensaje claro: el bienestar animal debe estar por encima del lucro. Bajo su dirección, se han sostenido mesas de diálogo con especialistas, activistas y representantes del Gobierno Federal, posicionando a Quintana Roo como un referente nacional en esta agenda.
Por su parte, la organización Animal Heroes ha jugado un rol fundamental como articuladora de esta propuesta legal.
A través de campañas, investigaciones y alianzas con otros colectivos como @SelvameMX, @CEMDA y @Empty_the_Tanks, han logrado trasladar una demanda ciudadana ética a la arena legislativa. La #LeyMincho —nombrada en honor a un delfín que vivió en cautiverio— propone elementos clave como:
La trazabilidad de los cetáceos en cautiverio, indispensable para evitar capturas ilegales y monitorear su bienestar individual.
La prohibición de la reproducción forzada, siguiendo precedentes de países como Francia e India.
El establecimiento de inspecciones veterinarias periódicas, con reportes de salud públicos.
Una transición hacia santuarios marinos, que garanticen una vida digna a los delfines nacidos en cautiverio.
Este movimiento no solo responde a estándares internacionales de protección animal, sino que encuentra fundamento en el Artículo 4º Constitucional, que reconoce el bienestar animal como un derecho. En ese marco legal y ético, la #LeyMincho emerge como un punto de inflexión en la política ambiental y de derechos animales en México.
Con el respaldo de la Presidencia, el dictamen en el Senado, el impulso desde Quintana Roo y el trabajo incansable de organizaciones como Animal Heroes, México tiene hoy una oportunidad histórica: convertirse en un referente regional en el trato ético hacia los animales.