Itinerario Político
Es lugar común creer que los resultados de las próximas seis elecciones a gobernador están cantados. Para el PAN, Aguascalientes, los demás para Regeneración Nacional.
A observadores y partidos se les dificulta entender los nuevos términos de la realidad social y política. A más de seis meses de la elección y sin conocer a candidatos, cualquier pronóstico o vaticinio es aventurado.
Las encuestas difícilmente sirven porque simple y sencillamente todavía no hay campañas. Esta tesis es válida tanto para elecciones locales como para la elección nacional de 2024.
El candidato disruptivo es el factor más desafiante para los partidos. Es un fenómeno singular, que depende del perfil y del entorno.
El ejemplo extremo ocurrió en 2015 en la elección de gobernador en Nuevo León. Un aspirante con antecedentes muy convencionales, pero que en el escenario de la elección se presentara como el impúdico verdugo de los gobernantes corruptos, el cual sin partido o como candidato independiente, pudo romper con la inercia histórica bipartidista.
El Bronco ganó con una significativa ventaja ante buenos candidatos del PRI y del PAN. Algo semejante sucedería seis años después con Samuel García, quien desplazó a las dignas opciones del PAN, PRI y de Morena.
A los partidos se les complica pensarse fuera de los términos tradicionales de la política. Incluso a Morena, donde López Obrador es ejemplo de lo que puede hacer un candidato disruptivo, quien no ha dejado de serlo incluso como presidente.
A eso se debe su fortaleza como político y su debilidad como gobernante. El elevado respaldo popular lo manifiesta.
Lo relevante de un candidato disruptivo que llega a conectar con el electorado es que trasciende el umbral electoral de los partidos y puede lograr triunfos arrolladores.
El éxito está en la sorpresa de un candidato que simbolice lo que los electores quisieran a partir del desprestigio de los partidos y de los políticos convencionales.
Los nuevos términos de la comunicación y la irrupción de lo digital explican este acontecer.
Un ejemplo de lo que podría suceder es Quintana Roo. Todo parece resuelto a favor de Morena, postule a quien postule; más cuando el bloque opositor anuncia que no habrá coalición.
La incursión de Roberto Palazuelos, personaje popular por su presencia televisiva y exitoso empresario en Tulum, podría significar la sorpresa y ganar la elección de gobernador.
Su fortaleza radica en que no reproduce el perfil del político convencional y simboliza mucho de a lo que aspira el elector de ese estado, donde todos los partidos de peso han fracasado en el tema de seguridad.
Las condiciones de la entidad hacen viable un giro inesperado del electorado.
Para el Movimiento Ciudadano postularlo sería repetir el éxito que ha logrado en varias elecciones; para el PAN y el PRD sería una opción que podría llevarlos nuevamente al gobierno local.
El candidato disruptivo, oportunidad y desafío del nuevo entorno político electoral.
Federico Berrueto
@berrueto