Teléfono Rojo
Para Claudia Sheinbaum la violencia no está generalizada en todo el país. Dice que son sólo algunas zonas y “ni siquiera son los estados completos”. “Pero de ahí decir que son unas elecciones que no van a poderse desarrollar porque hay una violencia generalizada en el país, no estoy de acuerdo”, subrayó.
La candidata del presidente y de su partido, Morena, pide que no se magnifique la violencia y los 20 asesinatos de políticos de partidos en nueve entidades y etiqueta a quienes le reclaman la falta de pulcritud legal de su partido y sus gobernantes, como militantes de diferentes partidos como si ello descalificara su queja y les quitara validez a los reclamos.
Morena es un partido incapaz, ineficiente y violento siempre que esa violencia no la padezcan ellos y sus militantes. La ofensa, la grosería, el insulto salen fácil de sus militantes y cuando son gobiernos tampoco se mide en proferirlos y menos que nadie el presidente que si bien se molesta cuando le mientan la madre él no escatima en ofensas a quienes no piensan como él y más a quienes lo exhiben por mentir y por el fracaso de su gestión presidencial.
En Campeche y Quintana Roo donde gobierna Morena, el cobro de piso a los transportistas es generalizado. Los taxistas en Campeche se quejan de una modificación a la ley del transporte que los obliga a usar una aplicación que serviría no sólo para controlarlos sino también para cobrarles impuestos y en Cancún y Playa del Carmen se quejan de que los visitan cotidianamente para extorsionarlos y cobrarles cuotas para dejarlos dar el servicio.
Los tiroteos en Quintana Roo y los decesos son parte de la cotidianidad de ese centro turístico donde ni la playa es un lugar seguro; Campeche padece una inseguridad que se refleja en asesinatos y tiroteos en avenidas transitadas a plena luz del día, las colonias se han tornado violentas por las noches y los cobratarios de los agiotistas colombianos que han sentado sus reales en la ciudad amedrentan, agreden y hasta lesionan a quienes les deben y no les han podido saldar sus deudas sin que haya autoridad que los combata.
Chiapas, Tabasco, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Estado de México y demás entidades no dejan de padecer el escalamiento de la violencia mientras Coahuila y Yucatán siguen siendo las dos únicas entidades cuya violencia y presencia del crimen están contenida. Empero, el asesinato de 20 políticos en los últimos días no deja de ser una alarma que vaticina que los comicios serán muy complicados porque zonas y regiones completas del país no sólo están controladas por la delincuencia sino que hay más de 800 mil desplazados que no sabemos dónde votarán o que no podrán hacerlo, además de quienes viven en zonas bajo control del hampa que le indicará por quien votar a punta de fusil.
El tema no pareciera tener mucha importancia en Yucatán ni en Campeche, pero en ésta última entidad se ha manipulado la justicia al extremo de que sin evidencias mayores acusan de asesino serial a un candidato al Senado de Movimiento Ciudadano por considerarlo Morena un peligro para su gobierno y considerar que es el enemigo electoral a vencer. Lo mismo sucede en Veracruz, donde hasta una jueza ha sido detenida a pesar de tener un amparo.
Morena, como autoridad y gobierno, no se mide para utilizar la ley en contra de sus adversarios y eso no es sólo por regiones del país sino es un modus operandi no únicamente en Campeche sino en todo los lugares que gobierna. La ley se usa contra opositores mientras grupos criminales actúan con toda impunidad en entidades que podría decirse son auténticos estados fallidos como sucede en Guerrero, Zacatecas, Michoacan y todo el pacífico norte del país.
Las evidencias de la colusión de Morena con la delincuencia se sintetiza en una frase que López Obrador usó en 2021 cuando su partido ganó el proceso electoral en muchos lugares: el crimen “se portó requetebien”, dijo en su mañanera.
Quienes hoy son candidatos de Morena tienen que entender que su papel en ese partido tendrá que ser la obediencia a un estilo de hacer política que implica aplastar al adversario, negociar con criminales y usarlos para beneficio propio; jamás podrán hacer un cambio a menos que lo disponga el “dueño” del partido que hoy gobierna el país.
Si quienes están en Morena lo han hecho para poder proponer y modificar leyes para favorecer a los ciudadanos, que no se equivoquen: los legisladores hoy son la base de Morena para darle más poder al tirano y menos servicios al ciudadano.
Los funcionarios públicos son entes sin voluntad y sus capacidades se utilizan para beneficiar a los poderosos no importan que no sean fundadores de Morena o que vengan de los partidos adversarios serán ungidos si aceptan servir a esos fines.
Por ello no es extraño que en todo el país haya una desbandada de militantes fundadores del partido guinda y que a su candidata presidencial no le preocupe porque, después de todo, “no ganan elecciones o encuestas y ello les sirve de coartada para revivir lo peor de la política que hubo en este país el siglo pasado.