Indicador Político
Hay ocasiones o circunstancias en las que el silencio dice más que mil palabras. Seguramente el presidente López Obrador tiene información de qué ocurrió con la entrega/detención de El Mayo Zambada y de Joaquín Guzmán López en un aeropuerto fronterizo norteamericano. Las fuentes, el dicho de la embajada de EU en México, otro tanto viene de los servicios de inteligencia militares y civiles y de la FGR a cargo de la investigación por los delitos cometidos.
López Obrador demanda explicación por parte de las autoridades norteamericanas. El hecho en sí mismo, a espalda de cualquier autoridad mexicana, es un poderoso mensaje: no son confiables y si ustedes no actúan nosotros lo haremos a nuestro modo y por nuestra cuenta. El presidente Biden sin la presión de cuidar su reelección mostró la consideración que le merece el gobierno de México y su presidente. Sin duda, el hecho de que el narcotraficante más poderoso del mundo esté sujeto a proceso favorece al partido demócrata y a sus candidatos. Lo que Trump hace con palabras, Biden lo hace con acciones de autoridad.
El Mayo Zambada pudo ser secuestrado, engañado o entregarse voluntariamente. Reveladora la versión de él de que iba a un encuentro con dos destacados políticos sinaloenses, “su amigo” Héctor Melesio Cuén quien dice fue asesinado en el mismo lugar en el que fue sometido. El otro convocado era el gobernador, Rocha Moya, según El Mayo. Menudo problema para el presidente López Obrador y la futura mandataria Claudia Sheinbaum. La versión del detenido en EU no debe tomarse por cierta, el problema es que López Obrador ha dado validez a las declaraciones de delincuentes, la indagatoria que hiciera la FGR no lo tiene el poder de absolverle.
El gobierno de EU no informa al presidente López Obrador porque no quiere y no puede. La desconfianza de por medio impide dar un reporte pormenorizado ya que comprometería las acciones de inteligencia del gobierno norteamericano. Dar razón de agentes, colaboradores del lado del narco, términos de la relación, complicidades, etcétera expondría años de espionaje en la penetración de los grupos criminales. Además, en el contexto del interés nacional de los vecinos, muy por arriba del narcotráfico y los efectos mortales del fentanilo está el terrorismo y la seguridad global.
El gobierno norteamericano comparte información en función de su propio interés. López Obrador no es aliado y sólo entiende a partir de la amenaza. A los norteamericanos poco le importan sus desplantes castristas, su empatía hacia las dictaduras, su postura en la invasión rusa a Ucrania o recientemente en la elección en Venezuela. El tema es la seguridad de su país y cuidar a sus agentes y acciones en el exterior. El mensaje es claro no se puede informar sobre aspectos delicados porque López Obrador no es aliado, no es confiable y además ya se va.
El asunto adquiere la mayor importancia para el gobierno de Sheinbaum. EU decidió hacer un cambio en la relación con México, lo hizo el partido demócrata en el marco del proceso electoral, es previsible cómo procedería si ganara la candidata Kamala Harris quien hace campaña a partir de su perfil profesional como fiscal dura e intransigente ante los criminales. De ganar Trump, tampoco nada bueno habría que esperar. Para demócratas y republicanos México se ha ganado la condición de vecino no confiable, además, de un gobierno que promueve un proyecto político que niega a la democracia y a las libertades y resuelto a transitar al autoritarismo.
El Mayo contrató al mismo abogado de su hijo Vicente. A través de él se logró un acuerdo de colaboración con las autoridades norteamericanas que llevó a la libertad a El Vicentillo. Por lo mismo es predecible que el detenido transite a la condición de testigo protegido o algo semejante. A muchos en México les interesa la relación de los políticos con el crimen y el detenido mucho podrá decir. La parte por conocer es la relación de los criminales con los negocios y la manera como se han ido apropiando de actividades y empresas, particularmente las que manejan efectivo o que permiten lavar los cuantiosos recursos resultado de sus actividades criminales.
Bien que se conozca la descomposición social, política y económica que ha acompañado al crimen organizado. Mal, muy mal que las autoridades mexicanas no lo hagan, sino las norteamericanas.